No oculta que uno de sus instantes preferidos es interpretar "I dreamed a dream" en el musical que el próximo 30 de diciembre se va a estrenar en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. La madrileña Elena Medina (1986), Fantine en "Los Miserables", tiene como frase de cabecera de este género unas palabras insertadas en la obra literaria de Victor Hugo ("Mañana ya veremos qué destino nos reserva dios") y las dos películas musicales que más admira son "Mary Poppins" y "Grease". Medina es una de las protagonistas de una oferta de ocio diseñada por Stage Entertainment que permanecerá en esta capital hasta el próximo 5 de enero y ha participado en varias experiencias profesionales con un registro artístico similar, como fueron los montajes de "Judas", "We Will Rock You", "Jesucristo Superstar" o "Pegados".

¿Qué sensaciones le transmite este proyecto?

A pesar de haber trabajado en las dos temporadas anteriores, una en Madrid y otra en Barcelona, la situación actual es distinta porque ahora tengo la gran oportunidad de interpretar a Fantine todos los días.

¿Cómo se vive desde dentro el regreso de "Los Miserables" a la cartelera nacional?

Este es el musical de todos los musicales... Por algo lleva tantos años en cartel y, además, en él se concentra una historia maravillosa y universal que podemos aplicar a cualquier época. "Los Miserables" es la suma de muchos elementos; su magia es que no existe un único factor para poder definir el sentido real que tiene esta aventura.

La responsabilidad de abanderar un elenco de esta envergadura es grande, ¿no?

Sí que lo es... El problema o la gran virtud de esta obra, según la perspectiva que se tenga, es que hay tantos referentes (la novela, las adaptaciones teatrales o las distintas versiones cinematográficas) que no resulta nada sencillo dar con personas que no hayan oído hablar alguna vez de esta historia. Es imposible tratar de comprender las claves del musical sin sentir la magia de "Los Miserables". A veces sí que se percibe ese vértigo o miedo escénico, ya que en mi caso tengo la responsabilidad de dar vida a Fantine, que es un clásico que ha sido puesto en escena por grandes actrices.

¿Cuáles son los cambios más significativos, al margen del papel que ahora interpreta, entre sus dos etapas dentro de la estructura de este musical?

Es el mismo montaje que se hizo para celebrar el 25 aniversario, aunque en esta ocasión se introdujeron unos arreglos musicales un poco diferentes. Lo que cambia son algunos de mis compañeros porque la esencia es la misma.

Uno de los cambios con respecto a su anterior participación en "Los Miserables" es que ahora se va a ampliar el radio de acción de los actores, es decir, que en su caso no se reduce a una programación estable en Madrid y en Barcelona. ¿Cómo lleva la gira?

Uno de los atractivos de esta gira es que te permite testar a muchos públicos -ayer se puso fin a un mes de programación en el Palau de las Artes Reina Sofía de Valencia- y comprobar cuáles son sus reacciones. Los actores nos retroalimentamos con la energía que nos transmiten los espectadores y es importante sentir su presencia. Sobre todo, cuando llegas a plazas en las que solo vas a estar unos días y no tienes tiempo de conocer sus preferencias, puesto que cuando te has adaptado hay que volver a hacer las maletas e irse a otra ciudad. De los teatros te llevas el cariño del público.

¿Canarias no es una de esas plazas nuevas para usted?

No lo es. Allí he estado con "Jesucristo Superstar" y con "My fair lady". El público de Canarias es muy generoso, pero también sabe valorar el trabajo que haces porque entiende bastante bien el concepto de musical.

¿No tiene la sensación de que el mundo de la cultura ha tocado fondo en este país?

Esa es la sensación generalizada que tenemos los que nos dedicamos a esto, pero dentro de todo lo malo que nos está ocurriendo hay que agradecer que al menos unos pocos podemos disfrutar de lo que más nos gusta. Hacer arte en España siempre estuvo difícil. Y eso es algo que conocen bien los que trabajan el musical debido a que este es un género relativamente joven si lo comparamos con la experiencia que tienen en Estados Unidos o en el Reino Unido.