No es la primera vez que le dicen que va a tener una casa para ella y sus hijos, pero en esta ocasión Natalia Marrero, una joven del barrio de El Sobradillo, se lo cree a pies juntillas y sueña ya con lo que va a hacer en ella.

"En Viviendas Municipales me han avisado de que pueden ayudarme a tener una vivienda en enero. Se trata de una promoción especial que está llevando a cabo Banif, del Banco Santander, para sacar al mercado viviendas vacías para personas que no pueden acceder a una casa en condiciones normales", explica Natalia.

Y es que esta joven asegura que no puede continuar en la situación en la que está, sobre todo porque su hijo pequeño, de solo tres años, está empeorando muy rápidamente de sus problemas respiratorios.

"Vivo en una habitación en casa de mis padres en la que solo caben dos sillones; en ellos es en donde duermo yo y mis hijos. El problema es que la casa tiene graves problemas de humedad y en ese cuarto aún más. Las paredes están siempre mojadas, siempre están filtrando agua hacia dentro de la casa y cuando llueve es mucho peor. Esto ha hecho que mi hijo tenga un asma grave que incluso me ha hecho tener que ir con él a urgencias más de una vez. Una de las últimas veces estuvo muy muy grave porque se le cerraron completamente los pulmones. El especialista que lo ve habitualmente sabe en qué condiciones vivo y me ha dicho que si no salgo de allí mi hijo va a seguir yendo a peor, por eso estoy insistiendo más que nunca en que necesito que me ayuden a conseguir una vivienda digna. Ya no es por mí, es por la salud de mis hijos".

La casa a la que opta Natalia está en Añaza, y a ella le parece "estupendo".

"Si yo tengo un techo y una casa en condiciones para mis hijos me da igual que esté en el pico del Teide, ya me buscaré yo la manera para pagarla y para los traslados".

Y es que esta joven reconoce que los pocos ingresos económicos que tiene proceden de ayudas como la Prestación Canaria de Inserción. "Es cierto que no puedo acreditar ingresos económicos, pero como yo le digo a la trabajadora social, lo que necesito es que me consigan una vivienda en alquiler social que ya me encargaré yo de pagarla. Gracias a Dios puedo contar con el apoyo de otras personas que sé que no van a dejar que mis hijos y yo nos quedemos en la calle, empezando por su padre".

No obstante, Natalia no puede evitar imaginar cómo será su nueva vida en una casa.

"Yo estoy agradecida a mis padres, que me han dado una habitación para mí y mis hijos, pero solo imaginar que mis niños tengan su propio cuarto me pone la carne de gallina. Estamos tan acostumbrados a vivir todos apretados y a dormir en un sillón que por muy pequeña que sea la casa que me toque nos va a parecer un palacio", explica mientras se ríe, y es que asegura que "tener una casa es el comienzo de una nueva vida mejor. Hay quien sueña con que le toque una lotería, y más en estas fechas, pero yo sueño con que suene el teléfono y me digan que hay una casa para mí y mis hijos".

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