Manar Almustafa recorrió todo el norte de África tras huir de su casa de la ciudad de Homs cuando fue bombardeada por el régimen sirio. Ayer pisó por fin tierra europea -Málaga como lugar de paso-, donde pretende recuperarse de las quemaduras sufridas en la guerra y las heridas psicológicas tras perder a una hija. Manar huyó de la guerra por diferentes países y, al llegar a Melilla, se topó con la burocracia que le impidió viajar a la Península para poder ser atendida de sus graves heridas.

Manar y parte de su familia invirtió su dinero en comprar varios pasaportes marroquíes que le permitieron el acceso a la ciudad autónoma, donde ha vivido desde hace dos meses en un piso de alquiler tras escapar de su país con quemaduras en el 90% del cuerpo.

Uno de sus hermanos, Mohamed, señaló ayer en el puerto de Málaga que se encuentran satisfechos. "El viaje -ocho horas en barco- lo ha pasado bien, pero el problema son los dolores" destacó.

En Barcelona vive su padre y allí Manar será atendida en el Hospital Valle de Hebrón por un servicio especial de referencia a nivel sanitario nacional. El padre no viajó hasta Málaga para recoger a los trece familiares que ayer se desplazaron hasta la Ciudad Condal por diversos medios.