Aunque yo no me considero, en absoluto, súbdito del Reino de España y, mucho menos, monárquico español, esta vez también le he escrito mi carta a los Reyes Magos, aprovechando que mi día de publicación -como ya ha ocurrido en otras ocasiones- coincide con la fiesta de la Epifanía o con la víspera.Y este título, que puede parece una especie de ecuación, o un geroglífico es, exactamente, lo que yo he pedido en la misiva real; no para mi personalmente, sino para Canarias. Recuerdo, que en una ocasión les pedí a SS.MM. un batíscafo, o submarino de bolsillo, para explorar nuestros mares; o cuando denuncié a la opinión pública, la competencia desleal que les hacía el Papá Noel ese.

Así que, para quienes se pregunten el por qué de este título, o para los que elucubren sobre su significado, decirles que si el Archipiélago canario fuera este año un Estado libre y soberano, miembro de pleno derecho de la comunidad internacional, sería el país 55 de la Unión Africana (UA), nuestro Organismo regional de referencia, y ocuparía el lugar 194 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), si antes no se independizara algún otro territorio. ¡¡Un extraordinario e irrepetible regalo de Reyes!!

Aparte de que, como ya he dicho reiteradamente, Canarias sería entonces, y en lugar de una falsaria y artificiosa "Comunidad Autónoma" del Estado español, y una eufemística RUP europea, nada menos que la quinta potencia de África, detrás de Sudáfrica, Nigeria, Argelia y Marruecos, por su PIB, Renta per cápita, Infraesructuras e I+D+I, y por su desarrollo.

Por tanto, es de desear que este año 2014 sea el año en el que Canarias consiga sacudirse el yugo colonial español y, consecuentemente, el pueblo canario recupere su ansiada libertad arrebatada hace casi seiscientos años por la fuerza de las armas, por los vándalos conquistadores castellanos y las hordas mercenarias que les acompañaban. Todo ello, antes que esa España decimonónica, fundamentalista, decrépita y decadente, existiera como tal; hecho que se produjo a partir de 1492, con la conquista de Granada por los llamados Reyes Católicos.

Esta podría ser la crónica de un acontecimiento anunciado: "En un día memorable para todo el pueblo canario, la ciudad de Addis Abeba, capital de Etiopía, sede permanente de la Unión Africana (antigua OUA), se ha vestido de gala para recibir a la Delegación del Estado Archipelágico Canario, que asistirá a los solemnes actos oficiales que proclamarán a Canarias como el Estado 55 de esta Organización Panafricana.

A los acordes del himno de Canarias, interpretado por una banda militar con uniforme de gala, el primer Presidente del EAC, que encabeza la Delegación y que fue recibido con honores de jefe de Estado, izó la enseña nacional -blanca, azul y amarilla con las siete estrellas verdes-, que a partir de ahora ondeará al viento africano junto a las banderas multicolores de los restantes 54 Estados miembros. Este glorioso acto se repetirá próximamente en la ciudad de Nueva York, donde Canarias figurará como miembro de pleno derecho de la Asamblea General de Naciones Unidas para gloria, honra, y orgullo del pueblo canario.

Atrás han quedado largos y difíciles años de enconada lucha política y duras negociaciones, ante la reiterada negativa española de reconocer el hecho colonial de Canarias y aplicarle, por tanto, la Resolución 1514 (XV) del Comité de Descolonización de la ONU; y su empecinamiento en querer mantener a toda costa lo único que le quedaba ya del imperio más abajo de las Columnas de Hércules. Pero después de no pocos abatares, Canarias, ¡por fin! es un Estado libre y soberano; y a partir de ahora se empezará a escribir la verdadera historia de este pueblo, tras casi seis siglos de cruel y depredador colonialismo español.

El pueblo canario despertó, ¡por fin!, de un dócil y alienante letargo, en el que fue vilmente manipulado, engañado y expoliado por la ex potencia colonizadora, España. Pero a pesar de todo, el proceso de emancipación de Canarias, no de la madre patria, sino de la madrastra arbitraria, fue difícil y laborioso, aunque pacífico; un acontecimiento nunca visto, en los anales de la historia de los pueblos que accedieron a su independencia, liberándose así del yugo colonial de sus respectivas metrópolis".

¡¡Viva el EAC, libre y soberano!!

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