"Quelonia" es una tortuga verde hallada en aguas de Gran Canaria con un anzuelo clavado en el estómago y el cráneo fracturado a machetazos. Tras meses de cuidados en el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre de Tafira ha podido regresar al mar, caminando junto a una estatua de Neptuno.

La tortuga fue rescatada en septiembre de 2013 en aguas de Mogán, al sur de Gran Canaria, después de que alguien la agrediese con un machete con la intención de matarla, pues probablemente el animal rompió el aparejo de pesca, relata Pascual Calabuig, biólogo del Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre de Tafira (CRFS).

El animal llegó "en un lamentable estado" con heridas en una aleta y en la cabeza, una de ellas en la parte nasal, de donde le faltaba piel, y otra mucho más grave, que le había cortado los huesos frontales de lado a lado del cráneo .

Afortunadamente, un pescador de la zona la encontró flotando y sangrando en el agua. Rápidamente la llevó a tierra y dio aviso al 112 que como siempre en estos casos contactó para su recogida con el CRFS, que depende de la Consejería de Medio Ambiente y Emergencias del Cabildo de Gran Canaria.

Cuando llegó, los biólogos del centro "se quedaron de piedra" ante el estado del animal e incluso pensaron que la tortuga no podría ser salvada.

Pero entonces el equipo de Tafira puso en marcha todos sus recursos para intentarlo pese a que habría que invertir "meses de curas diarias manteniendo al animal fuera del agua", precisa Calabuig.

"La limpieza del corte y la trayectoria tangencial nos hacen pensar que el animal fue golpeado con violencia con un machete. Darle en ese lugar refleja sin duda un ánimo de matar y lo primero que hicimos fue cortar la tremenda hemorragia por la que se desangraba", detalla.

Además fue necesario realizar curas para sanar la herida y desprender los trozos de cráneo resecos para que el tejido sano creciera, hasta que finalmente se pudo poner la tortuga en el agua de la piscina donde terminaría de cerrar y curar las lesiones.

"Ya en la piscina "Quelonia" manifestó su apetencia vegetariana comiendo con frenesí las algas verdes y pardas que nos daban nuestros amigos del Instituto de Algología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria", explica Pascual Calabuig.

A mitad de diciembre de 2013 las heridas de "Quelonia" ya presentaban un mejor aspecto y la erosión sobre la zona nasal se mantenía tapada con un emplaste de "espirulina" que le ayudó a epitelizar más rápido.

Al final los esfuerzos del personal del área de Medio Ambiente del Cabildo grancanario, que dirige la consejera María del Mar Arévalo, y de la Facultad de Veterinaria dio sus frutos y el animal "ya estaba cerca de regresar al mar", lo que parecía presentir "Quelonia" al manifestar una excitación inusual.

A principios de enero de este año "Quelonia" volvió al mar, en aguas de la playa de Melenara, desde donde partió hacia el agua bajo la mirada de la estatua dedicada al dios de las profundidades marinas, Neptuno.

Pascual Calabuig señala que en Tafira se reciben de vez en cuando animales heridos "por machetazos criminales" pero la historia de "Quelonia" demuestra también que la mayor parte de la gente del mar ayuda a su recuperación y de hecho, el centro es uno de los que mayor cantidad de tortugas recibe en Europa, unas 200 al año.