Los últimos éxitos diplomáticos de Marruecos sobre su propuesta, seria y creíble, de amplia autonomía para el Sáhara, bajo soberanía marroquí; y las continuas retiradas de apoyo diplomático y financiero a la fantasmagórica RASD (los últimos países han sido Panamá y Paraguay), ha implicado rotundos fracasos del Polisario, y han puesto al Frente al borde del abismo. Y si a ello añadimos la pérdida de sus grandes amigos, valedores de la causa saharaui, vemos como el aislamiento del Polisario es cada vez mayor mayor, lo que ha motivado el gran enfado del temible y omnipresente DRS argelino que, por otra parte, se ha visto en gran medida desposeído de su omnímodo poder, por parte del decrépito Buteflika.

Y es, que el Frente Polisario ya no cuenta con el decidido e incondicional apoyo de esa especie de "troika" formada por Cuba, Libia y Venezuela, con Argelia marcando la pauta. Cuyos mandatarios, los "Cuatro jinetes del Apocalipsis", daban cumplimiento a las directrices argelinas a través del citado DRS, que establece la estrategia y el modus operandi. Véase:

El ocaso de Fidel Castro es evidente, y Cuba tiene grandes problemas internos y en su política exterior con Estados Unidos, como para seguir apostando por una causa perdida; a pesar de que, en su día, enviara tropas al continente africano en apoyo de los conflictos de entonces, alineándose con el bloque soviético liderado por Argelia.

Por su parte, el líder de la revolución libia, el asesinado coronel Gadafi, fue también uno de los grandes valedores de la fundación y mantenimiento del Polisario, al que proporcionó grandes ayudas; no solo en la antigua OUA, sino con importante apoyo logístico y financiero, y armamento. Otro de los grandes apoyos con los que contó el Frente Polisario fue el del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el desaparecido Hugo Chavez, que se alineó con las tesis secesionistas polisarias.

Y por último, el apoyo de Argelia, la gran interesada en los éxitos del Polisario, para conseguir su gran objetivo: la constitución de una supuesta RASD, que le garantice una salida al Atlántico para su producción de hidrocarburos; apoyo, que parece diluirse paulatinamente. En efecto, el delicado estado de salud del presidente de la república argelina, Abdelaziz Buteflika, está ocasionando una verdadera lucha por el poder en el país, de la que no está exenta la poderosa DRS. A ello hay que unir los graves problemas internos que tiene Argelia (políticos y socioeconómicos); su probada implicación en la desestabilización de la zona sahelo-sahariana, exportando su propia problemática, y el propio aislamiento de Argelia en el Magreb y en toda África, a pesar del eje argelino-sudafricano-nigeriano, que constituye el "núcleo duro" de la OPEP africana.

Pero lo que más extraña a los analistas de política internacional, es que los diferentes gobiernos autoproclamados de la imaginaria RASD, nunca se hayan mostrado interesados en averiguar las sucesivas muertes de cualificados fundadores del Frente Polisario, ni de constituir una comisión de

investigación que aclarase dichas muertes violentas. En este sentido, una página web de Mauritania, denominada "Akhbar Annass", que ha basado sus denuncias en informes confidenciales filtrados de archivos secretos de la Inteligencia Militar argelina (DRS), se hizo eco el pasado diciembre de una sorprendente revelación sobre el asesinato de Sayed Mostafa EL Ouali, de cuya muerte se ha levantado ahora un tupido velo.

Según esta fuente, Sayed no habría muerto en 1976 durante los enfrentamientos en Mauritania, como sugirió una versión oficial; su muerte fue organizada y orquestada por el presidente Houari Boumédiène, su íntimo Abdelaziz Buteflika, Kasdi Merbah y el jefe del DRS, Slimane Hoffman, durante una reunión en el palacio El Muradía de Argel. Esta información ha sido publicada 38 años después de la misteriosa conspiración para eliminar al fundador del Polisario, que había anunciado su intención de querer negociar con Marruecos una solución al conflicto del Sáhara Occidental; después del asesinato, a su vez, el 21 de agosto de 1993 de Kasdi Merbah, quién fue primer ministro del entonces presidente Chadli Bendjedid.

Sayed Mostafa El Ouali, que vivió entre Taroudant, su ciudad natal, Marrakech y Rabat, donde estudió en la Facultad de Derecho, estaba a favor de un diálogo con Marruecos y quería romper con la estrategia separatista que le habían impuesto Boumédiène y Gadafi. Ello le costó la vida. rmorenocastilla@hotmail.com