Los retrasos en la adopción de medidas de ciberseguridad podrían traducirse en una perdida económica global de tres billones de dólares (2,2 billones de euros) según un informe publicado este lunes por el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) en colaboración con McKinsey & Company.

El informe ''Los riesgos y la responsabilidad en un mundo hiperconectado'' identifica la necesidad de nuevos enfoques para aumentar la resistencia contra los ataques cibernéticos, ya que no ser capaz de mejorar la ciberseguridad puede tener un coste para la economía mundial y aumentar la frecuencia de estos ataques.

Según el documento, presentado dos días antes de que comience la edición de 2014 del Foro de Davos, con la reciente proliferación de los ciberataques, los directivos empresariales necesitan dedicar cada vez más atención a proteger los activos de información y las operaciones ''online''.

El informe calcula que las principales tendencias tecnológicas, como el almacenamiento en la nube, el ''big data'' o los análisis masivos, pueden generar un valor para la economía global de entre 9,6 y 21,6 billones de dólares (7,1 y 15,9 millones de euros).

Sin embargo, advierte de que si la sofisticación de los ataques supera las capacidades para defenderse, traduciéndose en ataques más destructivos, una oleada de nuevas regulaciones y políticas empresariales podría ralentizar la innovación, con un impacto agregado de aproximadamente tres billones de dólares (2,2 billones de euros) hasta 2020.

"Desarrollar la resistencia a los riesgos cibernéticos para nuestra economía y nuestros sistemas sociales no es únicamente construir barreras de seguridad", avisa el responsable de Industrias de Telecomunicaciones y Teconología de la Información del Foro Económico Mundial USA, Alan Marcus.

Para evitar los efectos económicos y estratégicos de estos "costosos" ataques, el informe subraya diferentes maneras de crear conciencia, comprensión y acción entre los principales líderes tanto públicos como del sector privado.

Asimismo, evalúa el impacto económico de las preocupaciones de riesgos cibernéticos y propone un marco global dirigido a coordinar la colaboración y proveer una hora de ruta para empresas y gobiernos.

"Es necesario un cambio fundamental en la manera de protegernos a nosotros mismos de los ciberataques", destaca el socios de McKinsey & Company James Kaplan, quien incide en que empresas e instituciones públicas deben crear medidas de ciberseguridad que sean expandibles, profundamente integradas en el entorno general de las tecnologías de la información y hagan frente a los riesgos empresariales más importantes.