Dos cabezas y cuatro manos son los recursos físicos con los que cuenta el tándem formado por los artistas tinerfeños Martín&Sicilia para dar rienda suelta a su probada imaginación, volcada en esta ocasión en la serie "Déle color al difunto", una batería de cuadros y un mural que se exhiben hasta las dos de la tarde del sábado, en la galería Artizar de La Laguna, en los que han plasmado su crítica contra aquellas realidades de su entorno que les inquietan en estos momentos.

Este dúo plástico, que comenzó su experiencia artística como tal en el año 1995, es quizás el que más proyección exterior tiene de Canarias, ya que su obra deambula por salas locales, nacionales e internacionales. Madrid, Berlín y Nueva York son algunas de las ciudades que han disfrutado de sus propuestas plásticas. Ahora preparan una colección para la galería mexicana Nina Menocal y su participación en Art Madrid, feria paralela a Arco, a la que asistirán de la mano de la galería colombiana Casa Cuadrada. Para octubre tienen otra muestra prevista en el Cabrera Pinto de La Laguna.

La serie "Déle color al difunto" está integrada por un mural, realizado con acrílico sobre madera y pintura al fresco, que ejecutaron ambos artistas en una de las paredes de la galería Artizar, en el que reproducen un paisaje de Claudio de Lorena, al que empiezan a cubrir con pintura blanca para "repintarlo". Esta obra efímera es una metáfora para romper con los modelos obsoletos. El resto son una decena de pinturas, de varios formatos, con títulos tan sugerentes como "Conexión en directo", "Los cerdos" o "El peregrino".

En esta colección, según Martín, "seguimos hablando de temas que nos interesan. Déle color al difunto es un título que engloba un poco el aroma de las obras que se están exponiendo. Cada pieza tiene una lectura individual, pero en su conjunto la exposición habla desde una crítica a los medios de comunicación, al mercado laboral, al éxodo urbano o a la desintoxicación del capitalismo, y también tiene connotaciones incluso religiosas que hablan del perdón de los pecados, del propósito de enmienda o de cumplir ciertas penitencias para la supervivencia".

Tanto monta, monta tanto Javier Sicilia como José Arturo Martín a la hora de determinar qué van a hacer en su próxima serie, que seguramente estará caracterizada por sus peculiares "provocaciones" al espectador inteligente.

Su método de trabajo es sencillo, asegura Martín. "Somos un tándem artístico que trabajamos juntos desde el año 1995, en el que hicimos la primera individual. Desde entonces trabajamos juntos en el mismo lienzo, en la misma fotografía, instalación o dibujo. Lo primero que hacemos es ponernos de acuerdo en la idea. Hacemos un paint store (colección de imágenes) dependiendo del tema del que queremos hablar. A partir de ahí, vemos cómo lo podemos llevar a cabo y si la vamos a hacer en pintura o en una instalación. Después hacemos una sesión de fotos y nos quedamos con una que luego la llevamos a pintura, fotografía o instalación. Después nos ponemos a pintar juntos en el mismo lienzo".

A José Arturo Martín le gusta ser muy certero en sus respuestas y acepta, en parte, que se le diga que sus obras son como crónicas de la realidad de su entorno, aunque matiza que "el lenguaje que utilizamos es el de la pintura figurativa narrativa. Lo que hacemos es representar escenas teatrales que son metáforas de historias que a nosotros nos interesa poner el foco. Entonces trabajamos en series diferenciadas. Por ejemplo, En el estudio del pintor o en Estancia en el bosque, donde se hablaba más sobre la historia del arte. Hay otras como Nos ponemos el mundo por montera o Relatos del bolsillo, donde hablábamos de temas más sociales, pero siempre intentando camuflar el discurso detrás de una metáfora, con múltiples significados, darle veladuras lingüísticas al producto".

Con respecto a los formatos que utilizan en sus composiciones, les gusta salirse de los límites establecidos por los lienzos. "Siempre hemos apostado por el formato tridimensional. Desde que empezamos también hacemos pinturas sobre madera recortada. Una especie de engaño visual (trompe l''oeil) que a nosotros nos interesa mucho como añadido a lo que queremos contar. Una cosa es lo que se cuenta y otra es cómo se cuenta".

La ironía es otro de los recursos que define la impronta plástica de esta pareja de creadores, muy presente en sus pinturas o lo que hagan. "La ironía nos sirve como bálsamo para enfrentar ciertos temas que tienen cierta trascendencia o son dramáticos, pero si le pones por arriba una pátina de ironía eso te distancia del tema del que estás hablando en la obra".

Por último, Martín tiene claro que el espectador que observa su obra es muy importante para ellos. "Para nosotros el espectador es fundamental porque pensamos que el cuadro no está terminado hasta que no está colgado en una sala y lo ve un espectador".