El recinto ferial acogió anoche el primer concurso del Carnaval, la fase inicial del certamen de murgas infantiles con la actuación de siete de ellas: Revoltosos, Melositos, Tiquis Miquis, Raviscuditos, Distraídos, Bambas y Guachipanduzy.

Llegados desde Añaza, a las órdenes de Yazmina Alonso, Revoltosos contó con Juani Febles, también director musical de La Traviata, como aval. Su primer tema, "Alma murguera", un popurrí sobre los patos "desaparecidos" de la Catedral de La Laguna para seguir con la Cabalgata de Reyes -en la que solo faltaron la Fufa y Fidel Castro- y su demanda por un concurso con entrada gratis.

"No busco un premio; busco el aplauso de la grada" para concluir con un recuerdo a la sandunga y a Enrique González. No importó si les tembló la voz. Ganó la emoción.

En "Aladín y su éxito" desvelaron un enfoque original con cuatro deseos: jugar igual que el abuelo, cuando había seguridad; ser millonario para poder comprar columpios; un avión para recorrer Canarias y el último, ser murguero: Deseo conseguido con letras muy cuidadas y un esfuerzo que consolida su superación.

En segundo lugar, Melositos, muy grandes en sus 24 años de historia. Al frente, Arlém Marichal, hija de un maestro, Loren Marichal (fundador de Chinchositos). Con el aval musical de Rosi Aguiar, su primer tema, "Hay muchas cosas que te quiero contar", un popurrí desde niños robados a familias necesitadas, pasando por críticas a la comisión de fiestas y a la LOMCE.

El bodorrio" demostró que los niños pueden ser geniales. Desde el inicio, con la novia que tenía una gemela y luego con el cura que, al son del "levántense y siéntense" de la boda, parecía un entrenador. Lo mejor, junto al golpe de la tuna. Infantil y divertido.

Diez años después de su último concurso, volvió Tiquis-Miquis, de la mano de Maikel Nazco, entonces era componente y hoy director. Su repertorio, el más original hasta ese momento.

En "La valentía", un padre ve una cucaracha que vuela o la madre aparece con la chola en la mano. "Tiene tanta puntería como Cristiano". Y, de pronto, un niño gritó: "Un palo". El final reflejó una crítica al maltrato y la petición de valentía para que los niños puedan estudiar. De más a menos. Era muy difícil mantener esa intensidad.

Pero la calidad volvió en su "Dibujo animado", donde echaron mano de Tom y Jerry para identificar a políticos; la madre fue el bolsillo de Doraemon y ellos Pepito Grillo, como la conciencia del concejal. Buen regreso.

En el ecuador, Raviscuditos de Tacoronte. Una de las murgas más infantiles. Su primer tema, "Sueño", un popurrí que sirvió de paraguas para cantar a la ley de educación, a los dos alcaldes que ha tenido su pueblo en menos de un año o la goleada del Tenerife a Las Palmas. Su segundo, lo mejor de su repertorio. "El mago soy yo, porque lo digas tú". Sacaron punta a los significados de la palabra mago por el que dice panza de burro o por cómo viste... Fueron a menos en los conjuros al concejal para que dé una subvención. Otro "rezado" para los niños maltratados y al jurado por dejarlos siempre en la cola.

Y después llegaron los grandes favoritos de la fase: Distraídos. Su puesta en escena, simplemente un espectáculo. Los niños cantaron a capella, pero con un gran error: nunca hubo luz para toda la murga y mostrar un traje precioso.

Su primer tema, "Murgamaratón" lo ejecutaron a mil revoluciones. Recordaron el telemaratón de Mírame para seguir con el 6,5 de nota para tener beca y pedir a los padres una educación como la de ayer, no por internet. En su tema estrella, "Homenaje con bombín y bastón de caña", reunieron a Fidel, la lecherita, Harpo y Michael Jackson para rendir homenaje a Charlot con trajes de papel. "No hace falta ser murguero para ser carnavalero, vale con tener alma carnavalera", legado de Airám Bazzocchi que cierra ciclo. Su montaje musical, obra de Óscar Gómez y Yeray Martín. Distraídos, los mejores de anoche, pero peores que el año pasado.

Tomaron el testigo los Bambas, una agradable sorpresa con pasacalle y despedida, referentes de la cantera. Sus letras, muy cuidadas. "Ya sé que quiero ser de mayor" contó la aspiración de ser cocinero o cantante como concursantes televisivos. Lo mejor: la crítica a quienes reprochan que una diputada haga la tarea de su hija en la Cámara. Se despidieron con "Aplicación murguera", factoría "bambona" de Jordán y Juanjo y montaje de Julio Alexis Fernández. Su aplicación se volvió loca y mezcló Los Panchos con Los Sabandeños por un virus troyano. Acertaron en la crítica al cartel "que parece el machango que hace un corte de manga". Y propusieron la cara del Charlot de Tenerife. Tocaron el corazón.

Los últimos de la noche, Guachipanduzy, con Lara Coello al frente. Su pasacalle fue el mejor cebo para que nadie se marchara.

Su primer tema, "La mascota preescolar" tradujo qué siente la mascota cuando lo lleva su dueño al cole. Ahora, los niños tienen de todo y desprecian los muñecos sin movimiento. "Se murió la imaginación", lamentaron. Demostraron que remontan vuelo con el montaje de Juanjo Coello y Félix Padilla. Cantaron "La crisis con una sonrisa es lo mejor" donde la murga se coló en un viaje del Imserso mezclando niños y abuelos con gran brillantez con la melodía de "Una tetera". Divertidos. La cantera pisa muy fuerte. La fase tuvo un antes y un después de Distraídos, que pudo garantizarse el cartón.