"No sé", "no me consta", "no lo recuerdo" y "confiaba en mi marido" fueron las frases más repetidas por Cristina de Borbón y Grecia durante la declaración de seis horas en dos partes -con paréntesis para un bocadillo en la sala anexa habilitada al efecto- que realizó ayer en el Juzgado de Palma de Mallorca ante el magistrado del caso Nóos, José Castro.

La hija del rey Juan Carlos y esposa de Iñaki Urdangarín explicó que se desentendió de la gestión de Aizoon, la empresa que creó al 50% con Iñaki Urdangarin, porque confiaba plenamente en su marido, informaron fuentes jurídicas.

En su declaración como imputada, la Infanta Cristina se desligó de la administración de la sociedad familiar y aseguró que no participó en ninguna actividad del Instituto Nóos, la entidad a través de la cual Urdangarin presuntamente malversó fondos públicos.

La Infanta permaneció durante poco más de ocho horas en los juzgados de Palma, a los que llegó a las 09:58 horas en un coche que descendió la rampa de acceso y luego, tras salir del vehículo, recorrió a pie unos metros (los ya famosos trece pasos) para entrar al edificio judicial. Tanto a su entrada como a su salida, a las 18:11 horas, se mostró sonriente y saludó a los numerosos medios de comunicación acreditados.

Durante el detallado interrogatorio de Castro, el primer juez que ha imputado a un miembro de la Familia Real española, la infanta admitió que hizo gastos personales con la tarjeta de Aizoon porque entendía que no era ilegal y detalló que dispone de tres o cuatro tarjetas de crédito.

Además, negó que ella o su marido tengan ninguna cuenta en paraísos fiscales y que el motivo de su presencia en la empresa que compartía con su esposo fuese actuar de escudo ante Hacienda, algo que hubiera rechazado.

También a instancias del magistrado, aseguró que cuando el asesor del rey José Manuel Romero le pidió en 2006 a Urdangarin que abandonara el Instituto Nóos, ella entendió que se trataba de evitar la mala imagen que podía acarrear que la entidad se viera envuelta en polémicas políticas, pero no pensó que su marido hiciera nada ilícito. De hecho, defendió que su esposo es un hombre escrupuloso en sus actividades y que ha actuado de manera correcta.

Asimismo, la Infanta manifestado que los 1,2 millones de euros que recibió de su padre para la compra de la casa del matrimonio en Barcelona son un préstamo que está devolviendo poco a poco.

Tras el interrogatorio del juez, Cristina respondió a más de un centenar de preguntas del fiscal anticorrupción Pedro Horrach, que se opuso a la imputación al entender que no existe indicio de delito fiscal y blanqueo de capitales. En un gesto de reproche a Castro, Horrach exhibió el auto en el que el magistrado rechazó la imputación cuando la solicitó hace dos años Manos Limpias, que ejerce la acusación popular.

A preguntas del ministerio público, la infanta dijo coincidir con las razones para no imputarla que entonces expuso el magistrado, quien, en réplica, le preguntó por los otros argumentos que esgrimió luego para sostener su citación.