Está convencida de que el futuro de la dramaturgia está en manos de los poetas; que son estos los que garantizan su condición eterna. La catalana Angélica Liddell (1966) actúa hoy, a partir las 21:00 horas, con su compañía Atra Bilis en el teatro Leal de La Laguna. Premio Nacional de Dramaturgia 2012 y León de Plata de la Bienal de Venecia 2013, la escritora, directora de escena y actriz de Figueras pone en escena la obra "Ping Pang Oiu", una trama que habla de la relación de Angélica Liddel con la escritura china, un maridaje entre la disciplina, la pasión y el exceso. "La poesía y la psicología están reñidas", sostiene esta licenciada en Psicología y Arte Dramático.

¿Además de compartir un espacio vital que tiene que ver con el lugar de nacimiento, hay otras influencias "dalinianas" en su ser creativo?

No siento influencias de Dalí. Es un recuerdo de la infancia. Me influye más el recuerdo de su persona que su trabajo.

¿Cuánto ha condicionado su formación como psicóloga la manera de exponer sus creaciones?

Nada. La poesía y la psicología están reñidas. La psicología asesina las pasiones, las trata como una enfermedad, trata la naturaleza humana como una desviación.

¿El drama es el género que mejor "desnuda" al ser humano?

La desnudez del alma no tiene géneros. Es la sensibilidad lo que desnuda al hombre. Fíjese usted en Billy Wilder.

¿Cuándo percibió su atracción por la dramaturgia?

Desde niña. Montaba los cuentos tradicionales con otros niños a los siete años. Escribía también muchos diálogos con dios. Y con 13 años hice un libro de unas 150 páginas . Y no sé por qué. Lo uno llevo a lo otro y acabe metida en una escuela de arte dramático.

¿No cree que es un género "descuidado", o por lo menos poco protegido, si lo comparamos con otras variantes de las artes escénicas?

Mientras existan poetas no estará descuidado.

Es una apreciación personal, y no sé si la comparte, pero siendo España un país que en el pasado tuvo un gran peso, ¿por qué en la actualidad cuesta tanto ver un proyecto de estas características?

Me cuesta mucho responder a esa pregunta porque vivo bastante aislada de la actualidad teatral.

¿Angélica Liddell sabe "deslindar" su faceta como escritora de su perfil más teatral?

No puedo deslindarlo. Van unidos irremediablemente. Y el verbo se hizo carne...

¿Además de talento y mucho trabajo, qué tiene que suceder para que una profesional aún joven (como usted) haya tenido tantos reconocimientos dentro y fuera de España?

Para nuestra compañía fue crucial el Festival de Avignon. Cambió nuestra vida. Empezamos a vivir de nuestro trabajo. Pero pasar por Avignon te lleva una nivel de exigencia brutal, y ante esa presión no hay otro camino que el trabajo, nada más que el trabajo, no sólo mío, sino de todo un equipo.

¿Un premio nacional puede ser crítico ante el momento que vive actualmente la cultura?

Un premio nacional no te roba la identidad. Pero para mí no es un problema de cultura sino de educación. Cuando la excelencia en la educación está resuelta la cultura viene rodada. Es una alianza entre la sensibilidad y el dinero.

¿Qué porcentaje tiene el exhibicionismo en un buen drama?

Poner a alguien ante ti no tiene nada que ver con el exhibicionismo. Ya lo dice William Blake en los proverbios del infierno.

¿No echa de menos un mayor interés educativo hacia la dramaturgia?

Por supuesto. Es imprescindible.

¿Se ha tenido que "reinventar" muchas veces entre "El jardín de las Mondrágoras" y "Maldito sea el hombre que confía en el hombre"?

Noooooo. Llevo escribiendo la misma obra desde hace 20 años.