El exceso de flúor en el agua del Norte de Tenerife es un problema histórico que tiene su origen en los acuíferos de Las Cañadas y de la dorsal del Noroeste. Las aguas subterráneas adquieren flúor del suelo volcánico y si se consumen en grandes cantidades, pueden producir fluorosis dental y esquelética. Por ese riesgo para la salud, en septiembre de 2006, la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias decretó las primeras restricciones en el consumo de agua y, desde entonces, se han mantenido en la mayoría de localidades del Norte. Eliminar el exceso de flúor no es sencillo, pero el Cabildo de Tenerife y los diez ayuntamientos afectados en la actualidad trabajan en varias obras para, en un plazo de dos años, reducir notablemente las restricciones, aunque la solución definitiva se demorará años.

El consejero insular de Aguas, Jesús Morales (CC), reconoce a EL DÍA que la solución al exceso de flúor no será inmediata y prevé que las restricciones aún se mantengan varios años en vigor en determinadas zonas, sobre todo de las medianías: "Vamos avanzando, paso a paso, en la resolución de un problema histórico, pero no se puede solucionar de golpe".

Ante la imposibilidad de acometer grandes obras que resuelvan el problema en varias localidades a la vez, como la desalinizadora de Las Llanadas, el Cabildo ha optado por buscar soluciones locales que ayuden a terminar con el problema global.

La Guancha, en agosto de 2013, y Tacoronte, en septiembre de 2013, lograron que Salud Pública levantara todas las restricciones por exceso de flúor en su territorio. La localidad guanchera, una de las más castigadas históricamente por este problema, se beneficia de la planta desalinizadora de Cruz de Tarife. Mientras que en el caso de Tacoronte, el ayuntamiento y Teidagua invirtieron en torno a 520.000 euros en incorporar un pozo a su red y realizar obras de conexión de los depósitos municipales para hacer mezclas de agua.

Los Silos solucionó el abastecimiento del casco con la conexión de dos depósitos y la llegada de agua desde la EDAS de Cruz de Tarife. En este municipio, la única restricción está en Erjos.

El Cabildo también presentó recientemente el proyecto de conexión de la desaladora del campo de golf de Buenavista a la red municipal. Se invertirán 600.000 euros para aprovechar esta desaladora a su máximo rendimiento y enviar agua sin flúor al casco de Buenavista. Cuando esta actuación esté en marcha, la mayor parte de la población no sufrirá restricciones, que quedarán limitadas a las medianías.

Las soluciones para núcleos altos, como Erjos (Los Silos) o El Tanque, son más complejas, debido a que a esa cota no hay agua con bajos niveles de flúor y bombearla tiene altos costes energéticos. Para las entidades de población más pequeñas, se trabaja en proyectos como la captación de niebla y agua de lluvia.

Garachico tiene una posible solución para el exceso de flúor en los núcleos de San Juan del Reparo y Genovés. El Cabildo ya ha redactado un proyecto para llevar agua de la galería de Buen Viaje, en El Tanque, hasta estas zonas. La propuesta aún debe consensuarse con el Ayuntamiento tanquero y los propietarios de la galería. Si se concreta, en Garachico solo quedaría afectada la zona de La Montañeta.

Icod, por población y dispersión, es el municipio donde resulta más difícil encontrar una solución definitiva al problema del flúor. El Consejo Insular de Aguas estudia "todas las alternativas, incluida la construcción de una desaladora de agua de mar", señala Morales. Sin embargo, elevar a casi 400 metros de altitud el agua desalada también generaría unos altísimos costes, por lo que la solución definitiva aún se estudia.

En Icod, el Cabildo va a ampliar la Estación Desalinizadora de Aguas Salobres (EDAS) de Altos de Icod y pretende poner en marcha, en dos años, la desalinizadora de El Reventón. "Por fin hemos logrado el permiso de Costas para poder ampliar el emisario para la salmuera de esta estación y la intención es empezar la obra este año y terminarla lo antes posible", señala el consejero.

Con estas dos obras, el Cabildo espera que Icod logre al menos acabar con las restricciones que mantiene vigentes para la población de todas las edades. Se tardará más en acabar con la restricción para menores de ocho años.

En San Juan de la Rambla, el ayuntamiento insiste desde hace meses en que sus niveles de flúor no deberían plantear restricciones, pero la Dirección General de Salud Pública las mantiene. Según Jesús Morales, en este municipio no deberían existir problemas, "debido a la cercanía de la EDAS de Cruz de Tarife, en La Guancha".

El exceso de flúor también afecta a varias localidades de Acentejo, que tienen una solución cercana en el agua del Canal del Norte, que abastece a Santa Cruz de Tenerife. Santa Úrsula trabaja para aportar a la red pública agua del pozo Río de La Fuente para bajar los niveles de flúor. Las obras necesarias ya han sido autorizadas, y también se ha planteado la ejecución de conexiones con el Canal del Norte para bajar esos niveles. Esta canalización traslada agua que tiene menos de 1,5 miligramos de flúor por litro.

Para La Matanza y La Victoria, el Consejo Insular de Aguas plantea una solución conjunta, que pasa por elevar el agua del Canal del Norte hasta la balsa de San Antonio y hacer conexiones con los depósitos reguladores de los cascos de ambos municipios. Esta actuación está presupuestada en 873.000 euros, de los que 400.000 se aportarán en 2014 y 473.000 en 2015. Cuando la obra concluya, en 2015, las restricciones podrían terminar en ambos pueblos.

El Sauzal también baraja una alternativa para usar agua del Canal del Norte para acabar con el exceso de flúor.

La solución al problema del exceso de flúor en el Norte no pasa solo por ejecutar obras en los municipios de la comarca. Para el Cabildo, una de las claves para resolver el problema es que la ciudad de Santa Cruz de Tenerife amplíe la capacidad de su desaladora de agua de mar en unos 6.000 metros cúbicos al día y reduzca el consumo de agua del Canal del Norte. Si la Capital tinerfeña deja de consumir una parte del agua de mejor calidad del Norte, las poblaciones afectadas por restricciones podrán mejorar la situación actual.

La solución para Acentejo está en el Canal del Norte

El exceso de flúor en el agua de los municipios de Acentejo se habría solucionado con la EDAS de Las Llanadas, en Los Realejos, que era una obra de interés general para el Estado que se ha quedado sin financiación. Jesús Morales recalca que el Cabildo va a seguir exigiendo que se construya, después de que fracasara la iniciativa de impulsarla mediante una concesión administrativa. Ese proyecto que tampoco contó con excesivo apoyo por parte de los municipios afectados.

Morales advierte de que el problema de los altos niveles de flúor en Icod y otras localidades, también debe atajarse mediante la compra de agua de mejor calidad, "pero eso compete a los ayuntamientos". Las pérdidas en las redes de agua, que en algunos casos superan el 50%, también son otro obstáculo en la resolución del problema, pues se compra agua que acaba desperdiciándose.

"La población debe conocer el trabajo que estamos haciendo desde hace años. El Cabildo de Tenerife y el Consejo Insular de Aguas no se han quedado parados. Hemos realizado un gran esfuerzo, también económico, con una inversión total que ronda los 30 millones de euros", subraya Morales.

En el Valle de La Orotava no hay exceso de flúor, pero el Puerto de la Cruz mantiene una restricción por exceso de nitratos en el agua, que está vigente desde 2007 y sigue sin solución a corto ni a medio plazo.

Si se ejecutan las actuaciones previstas, en dos años el problema del flúor se habrá reducido de forma notable. Y si continúan las actuaciones en el próximo mandato, en unos años más el exceso de fluoruro quedaría relegado a núcleos de población aislados de las zonas altas del Norte de Tenerife.