El artista lagunero José Herrera (La Laguna, 1956) da la impresión de ser muy peculiar, tanto por la propuesta plástica que plantea en esta ocasión como por el espacio elegido para hacerla. Se trata de cinco "habitaciones", título de la exposición que desarrolla hasta el 31 de marzo, en la Casa Torres Hernández Farré, calle Santo Domingo, 22, de Güímar, en las que el autor ha desplegado cinco instalaciones que pueblan el espacio de silencio, vacío, energía, luz, soledad...

Herrera, que tiene obra suya en el Reina Sofía de Madrid y en la Fundación La Caixa, entre otros centros, asegura que escogió para hacer esta exposición una vivienda particular deshabitada porque "una obra íntima como la que he desarrollado a lo largo de tantos años tiene más presencia en unos espacios que han sido habitados que en una galería o una sala de arte oficial". La luz natural y el vacío son elementos fundamentales para la perfecta ubicación de estas instalaciones realizadas también con mobiliario, sábanas, almohadas, pan de oro, papel, madera y pigmento azul, negro y rojo.

La muestra se podrá visitar con acceso libre de lunes a sábado, de 10:00 a 13:00 y de 16:00 a 19:00 horas.

¿Cómo definiría su concepto de la escultura, cómo la concibe, como instalación? ¿Cuáles son sus claves?

Realmente, yo no soy escultor. Trabajo con el espacio, entendiendo éste como espacio de silencio, vacío, íntimo, de energía, de luz, soledad, introspección, conocimiento, poético...y a través de las formas y los materiales, se convierten si cabe, en instalaciones.

¿Son espacios para vivir, son prácticos o solo tienen un carácter decorativo y efímero?

En el arte, todos los espacios son "habitables", es decir en la pintura, la escultura, la instalación, la performance, la fotografía, etcétera. No concibo los espacios en mi trabajo con un carácter decorativo, trabajar con ese concepto está fuera de mi planteamiento, hay que estar alerta. Sin embargo lo efímero forma parte de nuestra vida, de lo humano. En el año 2006 construí una obra efímera en madera de casi 15 metros de largo, "Cuerpo de la luz", que permanece solamente en la memoria y en documentos.

¿Qué tipo de materiales utiliza en sus composiciones y por qué?

En esta exposición hago uso del papel, dibujos sobre papel, madera, sábanas, una cama, pan de oro y pintura. No sé por qué los utilizo, quizá porque forman parte de mí, de mi vida. Los materiales son medios, hay que experimentar con ellos, descontextualizarlos, llevarlos a otro terreno.

¿Por qué autolimita los espacios donde exhibe su trabajo y para qué tipo de habitáculos concibe sus obras?

Yo creo que los espacios no se autolimitan interviniendo en ellos. En todo caso se expanden, se abren a otras experiencias y visiones, a otras "habitaciones". Los lugares son construidos por el hombre para determinados fines y usos. Debemos aprender a mirar desde el otro lado, observar y ser conscientes de que somos uno y muchos al mismo tiempo. El ser humano tiene muchas capas y dependiendo de sus capacidades tendrá una u otras experiencias.

Cuando trabajo, construyo...., siempre estoy mentalmente ubicando la obra en el espacio, fundamentalmente en espacios limpios, diáfanos.

En el caso de Güímar, ¿tenía que ser esa vivienda en concreto o podía ser cualquiera?

Llevaba tiempo buscando una casa para trabajar en sus habitaciones en La Laguna, pero no tuve demasiada suerte. Creo que plantear algo así a la gente, no es nada fácil, es raro y lo raro para muchas personas no huele bien. Mi amigo Julio Alberto Pérez me llamó y me dijo que había encontrado una casa en Güímar. Fui a verla, hablé con Sabela Torres su propietaria, y desde el primer momento a ella, su marido Pepe Beaumont y sus hijos Isabel y Pedro Pablo se les iluminó la cara. Les pareció algo fantástico.

¿Qué le pide al espectador de su trabajo, qué le quiere aportar?

El artista trabaja en soledad, para sí mismo. No hay público, no hay aplausos. Pero el espectador es fundamental, ya lo decía Marcel Duchamp. Si le pido algo al espectador es, por decirlo de alguna manera, que se afloje el cinto y respire, que se deje llevar. Entrar a una exposición, a esta casa, no es entrar a una tienda, es otra cosa. Que esté en silencio por unos instantes, que se siente..., que se sienta. Estas habitaciones ya están muy cargadas de energía, de vida. Estas obras aquí tienen otra lectura, y quizá por no ser habitual, pueden conseguir otra mirada.