Agentes de la Policía Nacional han liberado en Tenerife a dos mujeres nigerianas obligadas a prostituirse por sus compatriotas. En la operación han sido detenidos seis miembros de la organización, entre los que se encuentran los máximos responsables, informó el cuerpo de seguridad.

Las mujeres eran captadas en su país de origen y adquirían una deuda superior a los 50.000 euros, cuya devolución se hacía extensiva a sus familiares residentes en Nigeria.

Los miembros del grupo ejercían un control absoluto de las víctimas mediante todo tipo de agresiones, amenazas y rituales vudú o magia negra, con el fin de quebrantar por completo sus voluntades y evitar su huida.

Además, eran obligadas a hurtar las pertenencias de sus clientes, aprovechando algún descuido o estados de embriaguez. Los efectos que sustraían eran teléfonos móviles, documentación o dinero en efectivo.

La investigación se inició tras detectar la presencia de dos mujeres de nacionalidad nigeriana en el aeropuerto Reina Sofía que pretendían entrar en la isla usurpando la identidad de dos ciudadanas de su misma nacionalidad con residencia legal en España.

Las primeras investigaciones constataron que las jóvenes habían sido trasladadas por una organización, formada por ciudadanos de su misma nacionalidad, que les habrían proporcionado tanto la documentación como los billetes de avión necesarios para realizar el viaje.

Las indagaciones posteriores determinaron que esta organización se dedicada a la captación de mujeres nigerianas y su posterior traslado a España para su explotación sexual.

Los miembros de la red tenían sus funciones perfectamente definidas. Los "captadores", que operaban desde el país de origen de las víctimas, eran los encargados de localizar a las mujeres entre los estratos más pobres y les prometían mejorar su nivel de vida trabajando en Europa.

Los "intermediarios", acompañaban a las víctimas durante todo el recorrido, mientras que los encargados de que las mujeres cruzaran ilegalmente las fronteras eran los "facilitadotes".

Ya una vez en España, los "transportadores" tenían encomendada la tarea de custodiar y trasladar a las jóvenes hasta su destino final, donde eran entregadas a sus definitivos explotadores, los "propietarios", quienes sufragaban todos los gastos generados por el desplazamiento.

Las jornadas laborales de las jóvenes eran interminables y eran controladas por integrantes de la trama, para obligarlas a mantener relaciones sexuales en la calle o en los vehículos de los clientes.

Los investigadores ejecutaron un dispositivo policial que permitió la completa desarticulación del entramado, con la detención de seis miembros del grupo.

La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo II de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y las Brigadas de Extranjería de Tenerife y Tenerife Sur (Playa de las Américas).

Efectos intervenidos

Se realizó el registro de un domicilio, que constituía la vivienda de los máximos responsables y donde eran obligadas a residir también las víctimas. Ahí se intervinieron numerosos pasaportes nigerianos, algunos falsos, pequeñas cantidades de cocaína, relojes, joyas, móviles y efectos necesarios para la celebración de rituales vudú.

Campaña policial

La Policía Nacional lanzó en abril una campaña en la que se difundieron dos vídeos a través de los cuales se ofrecen medios para posibilitar tanto la colaboración ciudadana como la denuncia de las víctimas. Para ello se puso a disposición el teléfono gratuito 900.10.50.90 atendido las 24 horas y el correo electrónico trata@policia.es.