El Kremlin no cedió ayer un ápice en su postura frente a la crisis ucraniana pese a las fuertes presiones internacionales, mientras el Parlamento ruso declaró su apoyo al referéndum de la república autónoma de Crimea sobre su separación de Ucrania y reunificación con Rusia.

Decenas de miles de moscovitas, más de 65.000 según las autoridades, se congregaron ayer en un mitin-concierto al lado del Kremlin para manifestar su apoyo al reingreso de Crimea en el país.

La concentración reunió a miembros de numerosas organizaciones civiles, militares y partidos políticos como Rusia Unida, la formación que sostiene al presidente ruso, Vladímir Putin, bajo banderas rusas y pancartas con lemas como: "Creemos a Putin", "Crimea es rusa", "No rendimos a los nuestros".

Para muchos rusos, la incorporación de Crimea sería una decisión de justicia histórica, ya que esa península en el mar Negro fue traspasada administrativamente de Rusia a Ucrania en 1954 por el entonces líder soviético, Nikita Jruschov.

Mientras, en Moscú se preparan para la más que previsible batalla por la soberanía sobre Crimea, al menos diplomática, con las nuevas autoridades de Ucrania.

Por otra parte, el gigante gasístico ruso Gazprom advirtió ayer a su socio Naftogaz, monopolio estatal ucraniano, que podría cortar en breve el suministro de carburante a Ucrania si el país no salda su deuda de casi 2.000 millones de dólares por el combustible.

"No podemos suministrar gas gratis. O Ucrania salda la deuda y se pone al corriente en los pagos, o existe el riesgo de volver a la situación de principios de 2009", dijo a los periodistas rusos el presidente de Gazprom, Alexéi Miller.

Por otro lado, el presidente ruso insistió ante su colega estadounidense, Barack Obama, que frente a la situación creada en Ucrania, Moscú "actúa de manera adecuada y en plena conformidad con las normas del derecho internacional".

Putin afirmó que las actuales autoridades ucranianas llegaron al poder como resultado de un "golpe anticonstitucional", no tienen un mandato a nivel nacional e "imponen decisiones absolutamente ilegítimas" a las regiones sureñas y surorientales de Ucrania y a Crimea.

El comunicado oficial auspiciado por el Gobierno ruso no hizo referencias a la exigencia de Obama de que Rusia ordene el retorno a sus bases de las tropas que ha desplegado en Crimea, presencia militar que ha sido condenada por la comunidad internacional como una violación flagrante de la soberanía de Ucrania.

Putin puso el acento en la "primordial importancia de las relaciones ruso-estadounidenses para la seguridad y la estabilidad en el mundo" y advirtió de que estas relaciones "no deben ser sacrificadas por discrepancias sobre determinados problemas internacionales, por muy significativos que sean".

20.000 soldados rusos

El Pentágono calcula que Rusia ha desplegado unos 20.000 efectivos en la península de Crimea, y que sigue enviando soldados a la zona, por lo que vigila de cerca esos movimientos militares. El Departamento de Defensa estadounidense indicó ayer que Rusia ha enviado más tropas a Crimea en los últimos días hasta alcanzar unos 20.000 efectivos, según sus mejores estimaciones.

Veto a los observadores

Un grupo de personas armadas bloquearon ayer de nuevo la entrada en Crimea de un grupo de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), confirmaron fuentes de este organismo con sede en Viena. El convoy en el que viajaban los observadores internacionales fue bloqueado por personas armadas no identificadas a la altura de la localidad de Tschongar, según indicó a la prensa Cathie Burton, portavoz de la propia organización verificadora implicada en los acontecimientos.