Puerto de la Cruz puede presumir de tener el maratón más divertido de cuantos se celebran. No se ganarán torneos internacionales ni aparecerán en las portadas de los diarios deportivos pero noche como las de ayer son inolvidables y la mejor terapia para la crisis.

El Mascarita Ponte el Tacón tiene su punto garbo, de elegancia, pero sobre todo tiene ese toque loco de diversión. A las ocho de la noche, en la plaza del Charco, ya los primeros acudían para verificar que habían cumplido con los trámites y sus plataformas superaban las medidas reglamentarias para poder salir a la carrera por las calles del casco portuense.

Si complicado es caminar con tacones para quien no tiene esa habilidad, por la falta de práctica en la mayoría de los casos, más complicado es hacerlo en un terreno irregular formado por adoquines y, en el más difícil todavía, hacerlo saltando obstáculos. Tacones, ramos de flores o aros en las manos algunos, cuando no algún vaso... Anoche fue la carrera por la risa, donde el público disfrutó viendo las peripecias de cuantos dejaron a un lado el vaquero y los tenis y se enfundaron en mallas o en bañadores...

Gitanas, copas de helados, novias, futbolines... lo más divertido, disfraces y fantasías que recorrieron anoche las calles del Puerto de la mano de los amantes del Carnaval que se concentraron en un maratón genuino, donde el premio lo gana quien más se divierte y hace copartícipe al público de su diversión. Se trata de una iniciativa que ha cuidado el concejal de Fiestas, Juan Carlos Marrero, en colaboración de su equipo municipal.

Al cierre de esta edición se desconocían los ganadores de las diferentes modalidades, de las que EL DÍA informará en su edición de mañana, domingo.