Ocupa la dirección de la Refinería Tenerife de Cepsa desde hace cinco años por lo que le ha tocado vivir una de las épocas más convulsas. Protestas sindicales, declaraciones políticas que abogan por el desmantelamiento de la industria e incluso la puesta en marcha de un nuevo plan de calidad del aire de difícil cumplimiento. Sin embargo, Salvador García es optimista y considera que la empresa tiene futuro y está convencido de que la población está desinformada y desconoce cuáles son las cifras reales de contaminación.

¿Era previsible una situación tan crítica como la actual?

No con esta severidad.

¿Es rentable la Refinería?

La estructura de nuestra refinería está dirigida a un mercado local, por tanto, su distribución hace que sea menos rentable que otras y eso es lo que ha generado que hayamos tenido que parar nuestra actividad en periodos prolongados.

¿Desde cuándo no es rentable?

Las oscilaciones van cambiando, pero sí es cierto que en los últimos años las situaciones negativas son cada vez más frecuentes.

¿Cuánto tiempo estima que se pueden mantener así?

Cepsa tiene muchas instalaciones y, además, tenemos otros negocios como suministros y logística, así que la solución será global.

¿Tiene futuro la Refinería?

Es muy difícil hacer previsiones, pero nuestra intención es mantener la actividad en Canarias.

¿Hay un debate social sobre la continuidad de la Refinería?

Yo personalmente lo percibo, pero creo que es provocado, no es natural. Sale en los medios de comunicación y me preguntan más.

¿Ha oído algún disparate?

Cuando se habla de un tema que no se conoce con mucha profundidad se hacen apreciaciones que no están sustentadas en la realidad. Nosotros no entramos en discutir las declaraciones que se hacen, pero a veces duele que se cometan frivolidades y que no se le dé valor a una tecnificación y cualificación como la nuestra.

¿El debate es qué es más importante el trabajo o la salud?...

Creo que sí, pero tengo que decir que nosotros actuamos y hablamos con un rigor que creemos que en general no se aplica y hay cierto tipo de mensajes que no tiene un fundamento real. Nuestro impacto a la población ha ido disminuyendo año tras año. Cuando se habla de contaminantes como el SO2 nosotros no podemos obviar que los vehículos que utilizábamos en los años 90 contaminaban entre 150 y 300 veces más que ahora y no eran un problema de salud. Intentar hacer ver que nosotros si lo somos cuando estamos muy por debajo de eso no es lógico.

¿Ha escuchado alguna vez que la Refinería mata?

Esa afirmación duele porque nosotros somos parte de la compañía y además no es cierta. Yo garantizo que la calidad del aire en Santa Cruz de Tenerife y alrededor de nuestra Refinería nunca ha sido mejor que ahora.

Si eso es así ¿por qué se hace justamente ahora un plan específico?

Es un plan que hemos discutido.

¿Cree que se ha hecho un plan para que no lo puedan cumplir?

Eso no lo podemos decir, pero el plan adolece de evaluación y la primera diferencia es la distribución de las estaciones de medición. La población tiene que saber que el plan está elaborado para Santa Cruz de Tenerife y La Laguna , pero las casetas no miden la calidad del aire de las dos ciudades sino solo la que hay alrededor de nuestra instalación. Solo una estación de las diez que hay superó en 2011 los límites de un contaminante de diez posibles y eso no se ha vuelto a repetir. El resto de las estaciones tienen valores muy bajos, así que decir que existe una problema de calidad del aire en Tenerife es algo que no corresponde con la realidad. No se debe confundir a la población en la alarma y haciendo ver que hay una precariedad de la calidad del aire. Todas las cifras indican que no existe ningún problema y a quien diga lo contrario se le puede rebatir fácilmente.

¿Qué siente cuando escucha que la Refinería tiene que irse?

Eso ya se dijo hace 20 años...

¿Cómo valora las propuestas que se han presentado sobre el uso que debería tener el suelo?

El suelo es de titularidad privada y los planes sobre qué hacer en él no le corresponde a nadie que no sean los titulares. Esa información le puede llegar a personas que no saben esta situación y les induce a pensar que proyectos como esos son posibles cuando no lo son.

No solo ha habido críticas. También han salido muchos apoyos, sobre todo empresariales.

Es normal. Canarias no tiene mucha industria. Desde Canarias siempre demandamos nuestra condición insular para defendernos, pero en el caso de la Refinería cuando se aplican condiciones particulares medioambientales no es para hacernos más competitivos sino todo lo contrario y eso es lo que no se puede entender desde el punto de vista empresarial.

Es duro lo que está diciendo...

Todos los sectores canarios son defendidos por serlo y nosotros merecemos lo mismo y si no, por lo menos que no nos pongan en una situación peor, que es lo que está sucediendo.