Es impensable que un avión desaparezca sin dejar rastro, con los métodos que hoy en día existen para detectar cualquier cosa que se mueva en el planeta. Las desapariciones misteriosas son impensables. Y el avión de Malaysia Airlines tiene que estar en algún lugar. Máxime si, como se ha dicho, los teléfonos móviles de algunos de sus pasajeros siguen dando tono. ¿Se han localizado ya esas señales?

Las últimas noticias apuntan a que un radar malasio localizó el aparato, volando a una altura inferior a la adecuada, en una ruta que nada tenía que ver con su trayecto entre Kuala Lumpur y Pekín. Desgraciadamente, en Canarias sabemos mucho de tragedias aéreas, pero no de vuelos misteriosos, si exceptuamos aquel P-3 Orion norteamericano que se estrelló en la Curva del Mocanal, en el municipio herreño de La Frontera, en 1977.

Cuando se desclasificó el accidente por parte de los stados Unidos supimos que el avión seguía a un submarino ruso y que había despegado desde la base de Lages (Azores). La isla herreña estaba envuelta en brumas, hubo un mal funcionamiento de los radares de a bordo, o un fallo humano, que parece que fue esto último, y el avión se estrelló en l Hierro, dejando siete vidas humanas en la misión. Un octavo tripulante se salvó porque no llegó a tiempo a embarcar y lo dejaron en tierra.

l accidente del 777/200 de Malaysia Airlines está causando temor en todo el mundo y confusión entre los expertos en aviación. ¿Cómo puede desaparecer un avión sin dejar rastro, en plena era de las tecnologías? stamos esperando, de un momento a otro, que el avión sea localizado, porque también parece impensable su secuestro por un grupo terrorista. Ya habría sido reivindicado.

Sí es cierto que el aparato volaba fuera de ruta, porque así da fe de ello un radar de Malasia, un radar militar, que lo situó en un lugar en donde no tenía que estar; es decir, el avión hizo una ruta casi inversa a la prevista, a la hora y pico de haber iniciado el vuelo (que iba a durar seis horas).

Todo es muy extraño. Lo pilotaba un comandante experto, de 53 años, con más de 18.000 horas de vuelo. Y volaban con él 236 personas, 12 de ellas miembros de la tripulación. Los especialistas ya no saben qué decir, las autoridades de los países que tenían que hacer el seguimiento del vuelo, tampoco. Ni la propia compañía. Pero los teléfonos móviles suenan, los de personas que viajaban en ese avión. ¿Alguien me quiere decir qué es lo que está pasando? ¿Se aclarará el suceso o todo irá perdiendo interés, hasta el olvido total, si no se encuentran restos del Boeing 777/200 de Malaysia Airlines?