La intensidad y la frecuencia del polvo del desierto o calima que llega a Canarias procedente del desierto del Sahara tiene relación con la humedad que haya meses antes en la zona del Sahel, que va desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo, dijo el climatólogo Benjamin Laken.

Este investigador Severo Ochoa del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) explicó que, con los datos que se tienen en los telescopios del IAC desde 1970 se ha observado que cuando llueve en la zona del Sahel en los meses previos a las épocas de calima ésta disminuye, según el trabajo que ha realizado junto a Tariq Shabaz.

Los telescopios del IAC recogen los datos de calima casi por accidente, explicaron los astrónomos, quienes recordaron que entre julio y septiembre llega a Canarias más polvo del desierto que en diciembre.

Por medio de este trabajo han analizado los días con calima utilizando las medidas que los telescopios tomaron al observar las estrellas.

Aunque con los telescopios no se intentaba medir el polvo sobre el observatorio, sí que recogieron cómo de transparente era la atmósfera es ese momento, lo que muestra de manera indirecta la presencia de la calima, dijo Laken.

Su equipo de investigación utilizó esos datos para identificar la frecuencia de calima sobre el archipiélago canario desde los años 80 del siglo pasado, y exploran su relación con los cambios en el ambiente de los alrededores.

Han encontrado que la calima ha pasado de suceder un 50 por ciento del tiempo en verano a solo el 10 por ciento en 1997, y posteriormente permaneció aproximadamente estable hasta 2012 y desde entonces ha vuelvo a subir.

Tariq Shahbaz manifestó que los datos solo contienen información para la estación estival, puesto que durante el resto del año lo normal es que la calima esté por debajo de los telescopios.

Al analizar la relación entre calima y clima local, los científicos han encontrado que más de la mitad de los cambios observados de un año para otro en el polvo del desierto durante el verano están relacionados con el tiempo sobre el Océano Atlántico Norte y con la cantidad de lluvia en el Sahel en los meses previos al verano.

Esto sugiere que si ha hay un invierno inusualmente seco en el norte de África es probable que sea un verano muy polvoriento en las islas Canarias, y viceversa.

El polvo del desierto tiene gran importancia en diversas cuestiones y afecta a ecosistemas de todo el planeta, de forma que influye en cuestiones como el comportamiento de las nubes y la fertilización de las selvas, además de alterar el tipo de suelos en los cuales se desarrollan, indicaron.

También declararon que se desconocen muchas cosas relacionadas con el polvo del desierto del Sahara, como saber cuánta cantidad sale cada año.

Debido a que hay dudas significativas relacionadas con el polvo del desierto, medidas como estas son muy valiosas para la comunidad climática, afirmó Benjamin Laken.