Los padres de Laura A.G., una enfermera de Granada que murió en Gran Canaria envenenada por su marido, Iván R.A., condenado a 23 años de cárcel por un delito de asesinato, han anunciado hoy que han denunciado al Hospital Insular, donde ambos trabajaban y falleció ella, por considerarlo "cooperador necesario".

"Achacaron la muerte a muchas enfermedades raras, cuando fue un asesinato con fines económicos y porque mi hija decidió volverse a Granada", ha dicho en una rueda de prensa la madre de la fallecida, que ha anunciado que han denunciado al hospital en el que trabajaban la víctima y el condenado, el Hospital Insular de Gran Canaria, por considerarlo "colaborador necesario".

"No cumplieron la orden de alejamiento y le permitían todo, manipular los informes médicos, acceder al veneno que utilizaba, suministrarle medicamentos cuando estaba de baja", ha afirmado Rosa en la comparecencia que ha ofrecido junto a su marido, Antonio.

El magistrado Carlos Vielba, ponente de la sentencia de la sección sexta de la Audiencia de Las Palmas que condenó a Iván R.A., planteó que el Servicio Canario de la Salud "debería haber sido llamado como responsable civil subsidiario pues, en cierta medida, la falta de control sobre los medicamentos existentes en el Hospital Insular, pudo haber facilitado la comisión de los hechos" a tenor de "las deficiencias que existían, según parece, ya solventadas".

Los progenitores de la fallecida han deseado a Iván R.A., al que la Audiencia de Las Palmas también ha condenado a indemnizar al hijo del matrimonio y a ellos mismos con 100.000 euros a cada uno y le ha retirado la patria potestad del menor, que su vida se convierta en "un infierno".

Rosa y Antonio han destacado la frialdad del condenado y han asegurado que afrontarán con entereza una posible revisión del juicio tras el recurso que ha presentado la defensa del condenado ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

La familia de la enfermera asesinada ha reprochado además la actitud del letrado de la defensa, al que también han denunciado, por intentar manipular, dicen, al jurado popular que enjuició la causa.

Los padres de Laura A.G. han asegurado que el condenado es un "peligro en potencia" y se han mostrado "dispuestos a todo" para que cumpla la pena íntegra tras acabar con la vida de la enfermera.

"Fue un crimen aberrante, premeditado, frío, violento, planificado minuto a minuto. No tiene redención alguna y es peligroso, muy inteligente, le deseo que su vida se convierta en un infierno", ha apuntado la madre, Rosa Aróstegui, que ha deseado que cumpla la condena íntegra.

Han recalcado que durante quince meses le fue suministrando dosis de veneno en la comida de manera diaria y que permaneció a su lado "para ver su dolor, su sufrimiento, para verla morir", por lo que han dicho que ni le perdonan ni lo harán nunca.