El Laboral Kutxa acude a la pista del Olympiacos para afrontar mañana el primero de los cuatro partidos que le quedan por jugar para dar carpetazo a un triste Top 16 de la Euroliga, en el que los vitorianos no han presentado argumentos para competir.

Los de Sergio Scariolo acumulan ocho derrotas en diez partidos y visitan en Atenas al vigente campeón de la Euroliga como un incómodo aperitivo previo al duelo liguero del domingo ante Cajasol donde sí que están en juego todos los intereses del Baskonia.

Los vitorianos se presentan en el pabellón de la Paz y la Amistad de El Pireo para disputar su partido 300 en la Euroliga y con la idea de afinar y pulir su juego ante un rival de calidad y que les sirva para engrasar la maquinaria.

Con la baja del lesionado Lamont Hamilton y superado el maremoto del decepcionante fichaje de Lamar Odom, el Baskonia afronta la recta decisiva de la temporada.

De nuevo Tibor Pleiss será determinante en el juego de los vitorianos y tendrá una dura pelea con los interiores de Olympiacos. En función del resultado de esa pugna se verán las opciones del Baskonia de aspirar a doblegar a los helenos.

Olympiacos, por su parte, vive pendiente de su estrella Vassilis Spanoulis, que se ha perdido los tres últimos duelos por una tendinitis en la rodilla y que se han saldado con derrota.

El director de juego es el alma y termómetro del juego del equipo y sin él en cancha bajan los enteros y potencial de Olympiacos. Esta semana ha vuelto a entrenar y parece que podrá jugar porque los griegos no pueden perder más partidos si quieren disputar los cuartos de final del torneo.

También el alero Giorgios Printezis arrastra problemas en la espada y si actúa en el partido no lo hará en su mejor estado de forma.