El reconocimiento del pueblo español al legado del expresidente Adolfo Suárez se plasmará en próximas fechas en la dedicatoria de calles, plazas, bibliotecas y del principal aeropuerto de España, Madrid-Barajas, que llevará el nombre del primer presidente de la democracia.

Poco después de la apertura en el Congreso de los Diputados de la capilla ardiente en la que las principales autoridades del Estado y miles de ciudadanos han despedido a Suárez, el Ministerio de Fomento, a propuesta del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha aprobado el cambio de denominación del aeródromo madrileño, que pasa a llamarse "Aeropuerto Adolfo Suárez, Madrid-Barajas".

La alcaldesa de la ciudad, Ana Botella, ha planteado que el aeropuerto es emblemático en Madrid y en España y denominarle Adolfo Suárez será una forma de homenajear a "una persona absolutamente especial" en la democracia española.

Se materializa así, con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, la iniciativa que impulsó el PP en 2009 para buscar el apoyo de los grupos a una proposición no de ley que finalmente no cristalizó.

La iniciativa recibió inmediatamente el apoyo del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, así como el de los expresidentes del Congreso Gregorio Peces Barba, Félix Pons, Landelino Lavilla y Manuel Marín, reunidos en una comida informal convocada el mismo día por el entonces presidentes de la Cámara baja, José Bono.

El PSOE prometió estudiar la propuesta "con rigor" y su secretaria de Organización dijo que los socialistas compartían totalmente "el espíritu" de esa medida, al entender que Suárez es símbolo de la democracia española.

La proposición afirmaba que Adolfo Suárez González fue capaz de liderar a la sociedad española en un proceso pacífico y brillante de transición a la democracia sin rupturas traumáticas, y afirmaba que la vinculación de su nombre al principal aeropuerto de España no hace sino reconocer el éxito de su gestión dentro y fuera del país.

Asimismo, recordaba que otros dirigentes políticos han dado nombre a los aeropuertos de Nueva York (John F. Kennedy), Nueva Delhi (Indira Gandhi) o París (Charles de Gaulle).

No será éste el único recuerdo institucional al expresidente, a quien se concederá a título póstumo la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana y la Medalla de Extremadura en una modalidad especial con la que ya han sido distinguidos los Reyes y el Príncipe de Asturias.

También será recordado en Ávila, ciudad en cuya catedral mañana recibirá sepultura y en la que el Ayuntamiento colocará una placa en la vivienda en la que residió en su juventud.

Además, varias ciudades españolas han avanzado ya que modificarán sus callejeros para dedicar a Suárez alguna de sus calles, plazas o jardines.

En el caso de Ceuta, su presidente, Juan Jesús Vivas, ha propuesto que sea la biblioteca pública de la ciudad la que pase a denominarse Adolfo Suárez, quien recibió en 1999 el primer Premio Internacional de Convivencia Ciudad Autónoma de Ceuta.

El Ayuntamiento de Logroño ha decidido hoy por unanimidad dedicarle una plaza, aún sin terminar y situada junto al Palacio de Justicia.

En Córdoba, se dará el nombre de Suárez a unos jardines próximos a la antigua estación mientras que la alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, ha anunciado que el expresidente tendrá una calle en la ciudad, igual que ocurrirá en Totana (Murcia).

En la Comunidad de Madrid, varios municipios han anunciado que dedicarán sendas calles a Adolfo Suárez, entre ellos Pozuelo de Alarcón, Brunete, Colmenar Viejo y Boadilla del Monte, donde se le reconocerá con la calle principal del casco histórico, hoy llamada avenida del Generalísimo.

En Majadahonda, Suárez dará nombre al parque del futuro Recinto ferial, en Galapagar a una plaza que será construida en el centro del municipio y en Coslada al nuevo teatro.