Busca lo mismo que algo más del 30% de los canarios: un empleo. Pero ella está en el grupo de los que parecen tenerlo más complicado porque lo hace enferma, afectada por fibromialgia. Pero está convencida de que lo conseguirá. Juli vive en Cuesta Piedra con sus dos hijos menores, uno de ellos aquejado de asma. Pero su situación es tan mala "que mis niños tienen que estudiar a la luz de las velas".

Sus ingresos se limitan a 200 euros de manutención, por lo que no tiene para atender los gastos esenciales de una casa, aunque sí atiende los gastos de agua con el apoyo que le presta el ayuntamiento. De hecho, debe Comunidad. Sale adelante "con la ayuda de la gente más próxima".

Juli se queja de que los Servicios Sociales ya no ayudan a pagar "algo tan fundamental como la luz", aunque se muestra agradecida por la comida que le dan. "Son cuatro compras al año y está pensada para que dure un mes", explica, pero en ese paquete no hay cosas imprescindibles. "Los niños tienen que comer carne, al menos una vez al mes. Yo no puedo dársela porque no tengo con qué".

Y la cosa empeora. Aunque la ayuda de comida es buena, llegar a ella "requiere un papeleo y un tiempo de trámite que no se justifica". Juli es clara: "No pido para lujos, ni para teléfonos, ni para internet, no. Solo para comer. No necesito nada, solo trabajo, aunque sea a media jornada".

Es más, entiende que el tiempo para formarse no es este: "No quiero formarme en lo que me ofrecen. Prefiero asistir a los que da la iglesia, que son más prácticos. Lo que necesitamos quienes están en circunstancias como la mía son cursos con salida inmediata".

Esta vecina de Cuesta Piedra se pregunta, como otras, "a dónde fue la comida y dónde se repartieron los juguetes del telemaratón. En mi casa no he visto nada de eso y no conozco a nadie que los haya recibido". Pero esa es otra cuestión.

Hasta el momento, cuenta con el apoyo de Cáritas como recurso para subsistir y con un poco de comida que le aporten los Servicios Sociales municipales. Y cuenta con el apoyo de vecinos y amigos que le ayudan, incluso, a reparar el estado de la instalación eléctrica de su vivienda. Pero su situación reclama más apoyo.