El presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Jorge Marichal, y la coordinadora del Proyecto Salvavidas en Canarias, Rosa Pérez, firmaron ayer un convenio para dotar a todos los establecimientos turísticos asociados de desfibriladores semiautomáticos.

El acuerdo incluye no solo la venta de estos aparatos, sino la formación de personal no sanitario en técnicas de reanimación y primeros auxilios. Se formará a los empleados con el fin de que estén capacitados para utilizarlos y saber actuar en los primeros cuatro minutos, "que son primordiales en los infartos de miocardio", explicó Rosa Pérez, en una rueda de prensa ofrecida en la capital tinerfeña.

La iniciativa, representada en Canarias por la empresa MundohotelGH, aspira a llevar el proyecto a la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur), consiguiendo así dar una imagen de responsabilidad y seguridad en este sector. " Es un objetivo ambicioso, pero mostrar Canarias como un lugar cardioresponsable es importante", aclaró Rosa Pérez.

Jorge Marichal quiso hacer hincapié en la importancia de crear "un destino turístico seguro" para nuestros visitantes, "clientes maduros, donde el riesgo es mayor", lo que hace aun más necesario dotar a los hoteles de estos dispositivos sanitarios que pueden evitar las muertes súbitas.

El proyecto no cuenta con financiación pública, por lo que es necesaria la inversión de los empresarios para llevarlo a cabo. Jorge Marichal considera que "cuando se trata de salvar vidas, cualquier precio es poco".

"El 90% de los infarto de miocardio suceden fuera de un centro hospitalario", dijo Rosa Pérez, quien recalcó que la existencia de desfibriladores semiatomáticos, así como la formación en las técnicas básicas de recuperación cardiopulmonar pueden evitar un gran porcentaje de muertes.

Ashotel destacó que en otros países hay desfribiladores en todos los edificios públicos y privados con una afluencia de más de 100 personas al día, al igual que ocurre en varias regiones de España, como Andalucía, donde también son obligatorios.

Rosa Pérez explicó que esta idea debe llegar a concienciar a toda la población hasta el punto de que la presencia de un desfibrilador sea tan aceptada como lo es la de un extintor.