El actor tinerfeño Álex García Fernández (La Laguna, 1981) sigue adelante con su casi meteórica carrera cinematográfica y teatral. Su última aventura, la película "Kamikaze", que se preestrena hoy en Santa Cruz y mañana en toda España, aunque ya fue proyectada el lunes en la Sección Oficial del XVII Festival de Cine de Málaga, le ha brindado la posibilidad de ser el protagonista de este drama dirigido por su tocayo Álex Pina. El actor y productor lagunero personifica a Slatan, un presumible terrorista ruso al que vence su romanticismo. Este joven hombre de escena es sencillo y honesto, como su visión del oficio al que ya se dedica plenamente de todo corazón.

¿Qué tal le ha ido la experiencia como kamikaze?

Bien, la presentamos anoche (por el lunes) en el Festival de Málaga. El público reaccionó muy bien. Se rieron mucho durante la película con las partes más bonitas digamos y, al final, dieron un fuerte aplauso y estuvieron un rato haciéndolo. La verdad es que es muy emocionante.

¿Es verdad que estudió ruso para hacer el papel?

Sí, tenía que hacerlo porque el personaje era ruso y no me quedaba más remedio que hablarlo lo mejor que pudiera.

¿Ya se desenvuelve con el idioma?

Bueno, desenvolverme no, porque es muy complicado, pero lo que sí trabajé a conciencia fue todo lo que tenía que decir en la película.

¿Qué le gustó del personaje para aceptarlo?

La verdad es que todo, porque es un papel bastante jugoso. Como actor se hacen muchas cosas, como aprender ruso, entender porqué una persona puede llegar incluso a inmolarse, o tener que estar tan desesperado como para querer matar a cualquier persona. Entonces, era muy complicado y, a la vez, muy bonito intentar comprenderlo y luego hacerlo. Es verdad que fue muy duro el desarrollo porque, una vez que te metes en la piel del personaje, se lo pasa uno un poco mal, pero creo que la película lo valía.

¿Qué ha aprendido de esta experiencia como actor?

Sobre a todo a valorar cuando me siento mal por algo que me rodea o cosas del día a día. Valorar que bastante suerte tengo de vivir en un país que no tiene conflictos bélicos, bloqueos económicos ni casos tan graves como existen en otros lugares.

¿Esta película se presenta como un drama, en qué género la inscribiría usted?

Esta película es de un género único que podríamos denominarlo dramedia, que te deja buen sabor de boca, pero traumas muy grandes. Es muy difícil de definir porque es muy divertida y, a la vez, tiene mucho drama. No sólo el protagonista, sino el resto de historias que le rodean. Lo que te viene a contar la película es que por muy mal que lo hayas pasado en la vida, siempre hay alguien que puede haberlo pasado peor que tu. Tener en cuenta que todo el mundo tiene una historia muy fuerte detrás, lo único que nos diferencia es lo que haya ocurrido.

¿En qué momento se encuentra profesionalmente?

Ahora mismo, afortunadamente, tengo trabajo y proyectos, e intentando aprender, desarrollar las carencias que tengo, trabajar mejor con la dicción e intentar evolucionar.

¿Cómo se definiría como actor, en qué registro se siente mejor, en teatro, cine o televisión?

La verdad es que no lo sé, porque cada que vez que me viene un papel intento adaptarme al registro que sea de la manera que sea, entonces no lo sé todavía. Hace poco que he empezado. Creo que se puede interpretar la adaptación al teatro, al cine o a la televisión. Si lo que haces es de verdad, queda bien en el teatro o ante una cámara de cine. A mi lo que me gusta es interpretar. Identificarte con el lugar en el que estés y con el personaje que te toque. En este sentido, creo que el personaje de Slatan es el que más esfuerzo me ha requerido de los que he hecho, el que más me ha puesto a prueba como actor, y eso me deja satisfecho.

¿Qué es lo más grato y lo más ingrato que ha vivido como actor?

Lo más grato, cuando me vienen personajes como este, o el poder trabajar con compañeros como los que he tenido en esta película o en la obra de teatro. Lo ingrato, lo que puedan decir en la prensa, el espectador, los críticos, porque estás en tela de juicio. La verdad es que eso es lo más complicado de llevar.

¿Cómo valora el haber trabajado con Álex Pina en su debut como director?

Bien. Se ha tomado el rodaje como un juego, entonces ponía a los actores en situaciones que no son habituales a la hora de actuar y eso era interesante. Nos venía bien, siempre alerta.

¿Qué tal el romance con Verónica Echegui en la película?

Pues bien. Son personajes muy especiales, muy raros los dos en la película y creo que eso es lo que les une. Son dos personajes que tienen el alma muy rota y eso es lo que les hace disfrutar.

¿Cuál sería su papel ideal, qué personaje le gustaría interpretar?

Al principio me gustaba un personaje de época, luego quería hacer algún canalla, pero ahora mismo la verdad es que me voy dando cuenta de que los buenos papeles aparecen solos y confío en lo que va viniendo.

¿Cuáles son sus actores de referencia?

Afortunadamente hay muchos, tanto en España como fuera. Está demostrado que eres actor por los papeles que haces, no por quien eres. A mí me gustan mucho los actores que han dado un giro a su carrera, como Leonardo Di Caprio, al que se le ha intentado encasillar y ha demostrado con sus personajes que es un pedazo de actor. Y de aquí, Fernando Cayo es un grandísimo actor y de los pocos de este país, que sin ser muy conocido a nivel mediático, ha hecho personajes maravillosos y totalmente diferentes unos de otros. Me gusta variar, vivir experiencias.

¿Tiene proyectos cercanos?

Estoy acabando la gira de teatro con "Los hijos de Kennedy", que termina el 22 de mayo en Las Palmas, junto a Emma Suárez, Fernando Cayo, Maribel Verdú y Ariadna Gil. Después empiezo en Turquía el rodaje de "La novia", con Paola Ortiz como directora y con Inma Cuesta y Asier Etxeandía, los tres como protagonistas. Me apetece mucho porque con Paola Ortiz me entiendo bien.