1.- Siempre he dicho que los lectores son los mejores maestros. Como son tantos, te corrigen, te completan las informaciones y te desmienten. Don me escribe para decirme, brevemente -y se agradece mucho-, que, efectivamente, el notario y profesor universitario Antonio García-Trevijano redactó una Constitución para Guinea Ecuatorial, no sé si en la época de Macías o de Obiang, pero nunca llegó a entrar en vigor. Agradezco el dato, que yo tenía confuso. Con relación a Obiang y al trato que le da el Gobierno español, muchas tragaderas tiene que tener el presidente guineano para soportar los agravios diplomáticos que se le han dedicado durante su visita a España; y por parte de España en Bruselas. Obiang será lo que sea -hay datos reprobables de cómo se comporta con sus enemigos políticos-, pero si Guinea Ecuatorial es un país que mantiene relaciones diplomáticas con España no se deberían hacer estos aspavientos. El último fue la ausencia de Rajoy de una cena programada en Bruselas. Empresarios españoles mantienen intereses en Guinea Ecuatorial. Y en la cumbre UE-África, la Unión trató por igual a todos los presidentes africanos que asistieron. Una cosa es lo que se le puede reprobar a Obiang y otras son las formas diplomáticas.

2.- Hoy en día, Guinea Ecuatorial es la nación más próspera de África. Y su pueblo vive en paz, si bien son deseables libertades que no tiene. También hay que lamentar el mal reparto de la riqueza, que es algo común en África, sobre todo por la influencia de las etnias dominantes; pero esto no lo puede arreglar Rajoy con sus desplantes: es un hecho histórico, lamentablemente, un problema cultural. Se reprueba también a Obiang -aunque la situación ha mejorado- la vulneración de garantías ciudadanas elementales. Hay muchas cosas que cambiar en este país, por supuesto. Y en España también. Obiang, militar por la Academia de Zaragoza y licenciado en Derecho por la UNED, es un cristiano raro: tiene cinco esposas (vaya dolor de cabeza).

3.- Tengo amigos que viajan a Guinea y que han visto el progreso de este país en los últimos años. Existe corrupción, claro que sí, y en España también. A África no se la puede medir con los parámetros de la vieja Europa. Esta cumbre europea con los presidentes y jefes de Estado africanos es oportuna porque África, aún en el siglo XXI, es un territorio por descubrir. Quedan tantas cosas por hacer en el continente africano. Mas me da la impresión de que a Obiang no se le ha tratado con respeto. No sé, es una opinión. Se lo merezca o no.

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