O.G.

Mayor bienestar, cohesión social, empleo de calidad, competitividad, diversificación económica y sostenibilidad medioambiental. Esa es, en pocas palabras, la pretensión del Gobierno canario con el Plan de Acción de la Estrategia Europa 2020, un documento más bien desconocido para gran parte de la sociedad de las Islas y que, a priori, dibuja la idílica realidad que vivirá el Archipiélago en apenas siete años, el periodo en el que se invertirá el nuevo presupuesto comunitario.

Y es que el citado plan, nacido, según el Ejecutivo, de un amplio trabajo "colaborativo", tiene fuertes detractores en Canarias, la tierra para la que, en teoría, servirá de inspiración y desarrollo futuro. Tanto que el propio documento recoge que las Islas serán en 2020 la "referencia europea" en el Atlántico medio. Una declaración de intenciones que no todos comparten ni vislumbran.

¿Por qué? Para el coordinador regional de Izquierda Unida (IUC), Ramón Trujillo, el plan presentado por el Gobierno regional es un ejercicio "retórico", un documento "vacío e incoherente".

A juicio del representante de IUC, el plan elaborado en Canarias es "absolutamente continuista" con la política que se ha hecho hasta este momento. "Lo que ha hecho el Ejecutivo es insertar en la Estrategia Europa 2020 lo que han estado, están y quieren seguir haciendo", a pesar de lo que ha supuesto para el Archipiélago en términos de paro, pobreza y atraso social, sostiene.

Un discurso que choca, y mucho, con el que hasta el momento ha mantenido el Gobierno regional, que en el propio plan recoge que será "el pilar" en el que se sustente la implementación de la Estrategia de Especialización Inteligente, el otro documento que sustenta el camino marcado por Europa para lo próximos años y en el que se recoge una selección consensuada de prioridades y acciones a desarrollar.

"Plantea -el plan- un diseño integral en el que el crecimiento y el empleo se sitúan en el primer plano de sus actuaciones", ha defendido el consejero de Economía y Hacienda regional, Javier González Ortiz.

Entre las prioridades que fija la Estrategia Europa 2020 figuran el liderazgo inteligente del turismo, la consideración de Canarias como referente atlántico, la valorización de la I+D, el establecimiento de una agenda digital y un crecimiento sostenible, entre otros asuntos. Es decir, un conjunto de medidas que pretende situar a Canarias en mejores condiciones económicas y sociales en el horizonte de 2020.

Cuestión que, sin embargo, Trujillo pone, de nuevo, en duda. A su juicio, el "mundo real" de Canarias se traduce en que el compromiso en el gasto público en I+D es algo más del 0,5% del PIB, "cuando la media española es el 1,3% y la europea el 2%".

Es más, precisa que mientras que Europa se plantea llegar al 3% en 2020, Canarias lo hace sobre el 1%. "¿Haciendo un esfuerzo tres veces inferior a la UE vamos a ser sociedad del conocimiento? Eso es burlarse de la inteligencia del ciudadano medio", lamenta el dirigente de IUC.

Pero va más allá. "Nos dicen que vamos a ser el laboratorio del Atlántico medio de las energías renovables y la sostenibilidad, cuando en este momento hay un 9% de electricidad de consumo eléctrico en Canarias de origen eólico y solar, frente al 24% de media estatal", subraya.

Y también hace hincapié en otro aspecto. "Estamos en niveles de inseguridad alimentaria. Ahora mismo producimos el 8% de los que consumimos, y nos hablan de que seremos laboratorio de la sostenibilidad en este aspecto", subraya.

El dirigente de IUC tampoco se olvida de otro de los llamativos aspectos del plan europeo del Gobierno: la sociedad del conocimiento. "Hablan de ello el año que han subido las matrículas universitarias más de un 40%, el año en el que nos han recordado que tenemos la mayor ratio de alumnos por profesor del Estado y el año en el que la Universidad de La Laguna ha perdido más de 1.000 estudiantes", enfatiza.

"Se mire como se mire, no hay ninguna medida concreta que permita anticipar de manera racional que vamos a ser una sociedad del conocimiento", asegura Ramón Trujillo, quien concluye que "confrontar" lo que dice el Plan de Acción con la realidad es simplemente "doloroso".