Cuando el tiempo lo permite, en su barco y con mi amigo Fran, buen pescador de San Andrés, nos damos un paseo hacia Antequera y Roque Bermejo, pasando un día de lo más relajante, disfrutando de las vistas del encantador pueblo de San Andrés, Las Gaviotas, Igueste, macizo de Anaga, sus acantilados, calitas y recovecos costeros. Todo iba muy bien hasta que un mal día, al llegar al muellito de la cofradía de pescadores, la visión de un edificio gris horroroso me causó un terrible impacto visual que me aturdió. Luego, ya desde el mar, intentando recuperarme con la brisa marina cacheteándome la cara, mientras el barco se alejaba, al mirar dicha construcción casi me caigo al agua. Pregunté a Fran: ¿qué es aquello? El "mamotreto", me contestó.

A partir de entonces, cuando voy a San Andrés le pregunto a la gente que encuentro su parecer. Horrible, me dicen siempre. En algún caso excepcional, alguien se encoge de hombros y me dice, bueno, ojalá al menos dé algún puesto de trabajo, y otro, encogido también, comenta que en algún sitio hay que aparcar.

Pues bien, he seguido atentamente los acontecimientos relacionados con el "mamotreto", incluso opinando al respecto aquí mismo, concretamente el 12 de septiembre de 2010 escribí el artículo "Mamotreto: ¿derribable?". Decía entonces que se trataba de una mole agresiva, construida sin las imprescindibles y obligadas autorizaciones, en parte en zona servidumbre de protección y dominio público marítimo-terrestre, sustituyendo al histórico campo de fútbol de San Andrés, en el punto de mira de la Justicia, pendiente si se procederá o no a su derribo parcial o total.

Así seguimos desde que, en diciembre de 2004, se inicia su construcción sin amparo legal, en diciembre de 2007 la Dirección General de Costas denuncia que el edificio invade dominio público y el 17 de marzo de 2008 suspende su ejecución. Ahora la Justicia considera que el mamotreto se hizo a sabiendas de que era ilegal, y fija penas de entre uno y tres años de prisión para seis acusados, tres ex concejales de Coalición Canaria y tres técnicos municipales, declarados culpables de delitos contra la ordenación del territorio y prevaricación urbanística por la construcción ilegal de un aparcamiento y locales sociales en la cabecera de la playa de Las Teresitas. Escrito así, parece fuerte e impresiona a los que somos legos en las lides judiciales. Pero ahí no acaba el fallo judicial, además obliga a los acusados a correr a partes iguales con los gastos de la demolición, una actuación que se entiende inevitable dado que el edificio no es susceptible de regularización porque ocupa suelo protegido.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife anuncia que ya se ha elaborado, ¡por fin!, el borrador del plan especial del frente marítimo de la playa de Las Teresitas, que pretende sustituir la primera línea de aparcamientos por un paseo marítimo desde San Andrés hasta el final de la playa, y por un parque urbano la segunda, ganando la tercera mil plazas de aparcamiento sobre los 26.000 actuales. Si además se pueden conseguir unas mil plazas más tras la antigua batería militar, y en la cabecera de la playa está previsto un intercambiador de guaguas con otro aparcamiento en superficie, me pregunto ¿para qué el "mamotreto"?

No tengo ni idea, ni quiero saber quién lo ha construido. No es esa la cuestión. Ni deseo mal a nadie. Pero si judicialmente el "mamotreto" es ilegal, habrá que derribarlo. Y si para ello es necesaria una sentencia en firme, pues que ésta se produzca cuando antes. Que esa es otra, los vericuetos de la Justicia, tan lenta como desesperante. Al final del recorrido judicial de tantas cuestiones pendientes en relación con la playa de Las Teresitas, a los que están en el ajo, jueces, fiscales, abogados de uno y otro lado, funcionarios, técnicos, asesores, empresarios, constructores, políticos, etc, se les recuerda continuamente una realidad muy cierta, que los vecinos de Santa Cruz y de Tenerife estamos hartos, hartísimos, de esta historia interminable y lamentable. Y mientras, esperando el 17 de septiembre.

F José Vicente González Bethencourt T @JVGBethencourt