Que en los ordenadores no lo encuentro todo es una realidad, y que yo soy un tremendo torpe para localizar un antiguo criterio, a través de esos aparatos, es aún más cierto. Carpetas, subcarpetas, criterios de búsqueda... Una locura. Buscaba uno de los que escribí en el pasado, que hablaba sobre multas, de policías locales y guardias civiles de tráfico, del espetar a los agentes "Usted no sabe quien soy yo" y algunas que otras anécdotas de multas cotidianas. No lo encontré. Menos mal que esta semana me alegraron el día cuando una amiga me dijo que se había encargado de compilar estos criterios de domingo desde el inicio y los mantiene cronológicamente ordenados y guardados. Cosa que le agradezco enormemente. Yo soy un desastre para estas labores. Me hubiera gustado hoy recuperar esos que hablaban de multas y acciones de los agentes actuantes. Pero he desistido. Me hubiera gustado releer esos criterios y recordarlos al hilo de lo ocurrido en la capital del reino con una señora política que se llama como lo que representa el color verde, esperanza.

Es ridículo la que se ha montado por algo, tan cotidiano y de diario, como una multa. De ahí que no todos somos iguales, unos lo son más que otros. Aunque la fama, los minutos de gloria mediática los han conseguido -esta vez- los agentes actuantes o el cuerpo que representan. No pienso que la señora hubiera ido a los medios a decir: Mire usted, me han multado y además bien multada.

Lo cierto es que están en todos los medios. Y ellos están privados. Me lo ha contado un compañero. El asunto ha resultado ser mediático y ahora son víctimas por hacer bien su trabajo. Y se abre el debate: ¿A quién no le han multado alguna vez?

Muy pocos de los que nos movemos en vehículos por nuestras ciudades, pueblos, barrios, en definitiva, por las calles, nos hemos librado de no ser multados -sancionados se dice en lenguaje jurídico-. La gran mayoría hemos tenido algún que otro encuentro con los agentes de la autoridad -en este caso de tráfico-, que a veces pueden ser policías locales o guardias civiles. A mí, como a usted, me han multado, me han sancionado por -aparentemente y a juicio del agente in situ- infringir alguna que otra norma del reglamento de tráfico. Y tengo que decir que dista mucho el trato con el ciudadano de un cuerpo a otro. Será por el carácter militar de los de verde, digo yo. Me pongo de ejemplo y cuento que no hace mucho un agente de la Policía Local me sancionó y tardó más de 15 minutos en encontrar en el librito que tenía en el furgón el artículo que según el me debía aplicar. Ese día -el que escribe-, tenia un señalamiento a las 9:30 y, aunque mi tiempo era limitado, no lo gaste en manifestarle nada al agente, pues corres el riesgo de quedarte atrapado. Esperé, use eso que se pierde cuando más se necesita, la paciencia. Y después le conté a su señoría el motivo de mi retraso. Al día siguiente también la multaron por estacionar donde lleva haciéndolo tres años.

En estos casos, cuando el agente te para es para darte la receta. Ya nadie ni nada te salva. Así es y es lo que hay. Soy de los que piensa que lo mejor es callarse. Son ellos los que mandan y los que tienen la presunción de veracidad. Lo saben. Y son los que portan la placa y representan a la autoridad. Es una de las reglas que nos hemos dado todos y las de policía también. Así que cuando te toca, te toca. Y si has infringido la norma para eso esta la sanción; se paga y punto. Aunque delante tuya veas que otro lo hace peor y que solo te está multando a ti. Y que justo antes de pararte a ti otro se ha saltado el semáforo en rojo, que tu vecino circula sin ITV, y encima te lo dice y nunca lo paran. En cualquier caso, así son las cosas, y para los desacuerdos están los recursos que aún no hay que pagar tasas por eso.

@inurriaabogado

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