Unos 14.000 vecinos de siete barrios del Puerto de la Cruz cumplen hoy 42 días sin agua potable en la red pública. Más de una cuaresma dura la penitencia que sufren los habitantes de La Vera, San Antonio-Esquilón, Las Dehesas, Taoro-Malpaís, Las Águilas, San Fernando y Las Arenas, obligados a cambiar sus rutinas diarias para abastecerse de agua en depósitos callejeros, propios de un campo de refugiados, o en supermercados, pagando de su bolsillo el agua embotellada.

El día a día de estos 14.000 vecinos volvió a alterarse el 28 de febrero, cuando Salud Pública planteó otra restricción en el consumo de agua de la red pública por turbidez y contaminación microbiológica. La cuarta en dos años. Entre las cuatro, un total de 79 días sin agua potable desde abril de 2012.

Durante 42 días, hogares y negocios de estos siete barrios vienen recibiendo un agua que se paga al mismo precio de siempre pero que no se puede beber, no se puede usar para cocinar ni preparar alimentos y, en algunas ocasiones, sale tan turbia que no sirve ni para bañarse o lavar la ropa. Los vecinos cuentan que la suciedad ha roto lavadoras, termos y lavavajillas.

La mayoría de los afectados no se fía de la seguridad ni de la salubridad de los doce depósitos de agua potable que instaló Aqualia, concesionaria del servicio, en las zonas con problemas de abastecimiento. Los que no tienen más remedio que recoger allí el agua que consumen se enfrentan a dos problemas: deben reutilizar botellas y garrafas, algo que desaconsejan sus fabricantes, y se ven obligados a acarrear recipientes de entre seis y ocho kilos de peso desde la calle hasta sus hogares.

Muchas personas mayores, enfermas o con problemas de movilidad deben pedir ayuda a vecinos y familiares para que, cada día, les lleven a casa el agua que necesitan. El mismo problema con la carga afecta a los que compran en los supermercados.

El Ayuntamiento portuense ha propuesto esta semana una sanción de 12.000 euros para Aqualia. Un castigo de 85 céntimos por cada vecino sin agua. La Plataforma de Afectados por Aqualia considera "irrisoria" la propuesta y pide a los vecinos que guarden las facturas del agua que han comprado en 42 días y de las reparaciones de electrodomésticos dañados. Intentarán que, por la vía administrativa o judicial, Aqualia compense a los portuenses después de tanta penitencia.