Los viajeros que deciden cambiar euros a otra divisa antes de viajar, en lugar de sacar dinero en el destino, pueden obtener un ahorro de hasta el 70% en comisiones, según las estimaciones del servicio de ayuda Kelisto, que ofrece seis consejos para las vacaciones de Semana Santa.

En este sentido, los bancos "son una de las mejores opciones" para cambiar moneda extranjera, sobre todo si se trata de divisas habituales, como dólares o libras, en vez de los aeropuertos. Según la compañía, si se trata del banco habitual del viajero, la entidad aplicará un cambio mucho más próximo al tipo oficial que el aplicado por las oficinas de cambio del aeropuerto, entre otros establecimientos.

De esta forma, al cambiar 500 euros a dólares, una entidad financiera como Santander, BBVA o La Caixa ofrecerían 675 dólares al cambio, un 7,4% más que si la operación se realiza en el aeropuerto de Barajas, a un cambio de 1,37 euro-dólar.

No obstante, a la hora de cambiar, las entidades cobran a sus clientes una media del 0,9%, con un mínimo medio de 13 euros, mientras que los aeropuertos este proceso resulta gratuito y no se aplica ninguna comisión. De esta forma, los establecimientos de cambio de divisas prefieren aplicar tipos de cambio más bajos para incluir en ellos su margen de beneficio.

Aún así, según el análisis de Kelisto, la opción más favorable sigue siendo la que ofrecen las entidades financieras, ya que, al cambiar 500 euros, una vez aplicada la comisión, el consumidor seguiría obteniendo una cantidad de dinero un 4,9% mayor que si realizara el cambio en el aeropuerto.

Además de ofrecer peor tipo de cambio, las compañías que ofrecen este tipo de servicios en los aeropuertos pueden presentar diferencias entre ellas de hasta el 9%, puesto que cada una es libre de imponer el suyo.

A la hora de sacar dinero en el destino, los cajeros fuera de España resultan "una mala idea", ya que retendrán una comisión media de entre el 4,5% y el 4,8%, lo cual sigue resultando más caro que recurrir a un banco.

Por ejemplo, al sacar 500 euros del cajero con una tarjeta de crédito, el viajero tendría que pagar 24 euros en concepto de comisiones, un 45% más, que los 13 euros abonados si se hubiera efectuado el cambio en un banco, y más de un 72% si la cantidad supera los 1.000 euros.

LOS CHEQUES, OPCIÓN MÁS CARA.

En cuanto al pago con tarjetas de crédito, en la mayoría de los casos, las comisiones no exceden del 3%. No obstante, la comisión puede resultar excesiva si el importe de la compra es pequeño y la entidad aplica un mínimo de tres euros por operación. Bancos como La Caixa no cobran comisiones a la hora de comprar fuera de España, frente a la cantidad mínima de 3 euros que aplica Banco Sabadell.

A pesar de ello, el estudio muestra excepciones como Evo Banco, con cuyas tarjetas es posible retirar efectivo desde cualquier cajero del mundo sin recargo, al igual que con las tarjetas de débito de Banco Mediolanum y de Arquia, la Caja de Arquitectos.

Sin embargo, el análisis revela que es preferible pagar con tarjeta a utilizar un cheques de viaje, ya que no salen más baratos, puesto que se pagan dos comisiones: una al banco emisor y otra al banco que hace efectivo el cheque.

A ello se suma que, si el cliente se excede a la hora de calcular la cantidad de cheques que le hará falta, al devolverlo al regreso no se abonarán las comisiones.

La compañía insiste en que hay tener en cuenta que existen las llamadas divisas no convertibles. En concreto, solo 11 de las 165 monedas que existen pueden cambiarse por euros.

Asimismo, si el viajero trae de vuelta monedas del destinos, deberá pagar otra comisión, además de la abonada en el destino al cambiar los euros por divisas extranjeras. Además, esa operación no sólo tendrá una comisión distinta, sino además un tipo de cambio diferente al inicial. Y es que el tipo de cambio vendedor, que suele ser superior al comprador

Por último, Kelisto recomienda comprobar cuál es el coste de la vida en el destino elegido. Por ejemplo, una barra de pan cuesta en España una media de 0,60 euros, mientras que en Japón su precio ronda los 5 euros, es decir, cerca de 8,3 veces más, según un estudio publicado por ''The Economist''.