Las elecciones indias cruzan hoy su ecuador con la mayor cita con las urnas en el proceso de votación y que se celebra en 12 estados para decidir 121 escaños del Parlamento del país en unos comicios marcados por la alta participación.

Unos 814 millones de electores están llamados a votar de manera sucesiva en unas elecciones que comenzaron el pasado 7 de abril y se prolongan cinco semanas en diez fases hasta el próximo 12 de mayo, mientras que los resultados se conocerán el 16 de ese mes.

En esta sexta jornada de votación van a las urnas unos 160 millones de electores en algunos de los estados más grandes del país y que aportan el mayor número de diputados al Parlamento, como son Uttar Pradesh, Maharastra, Karnataka, Bihar, Bengala y Karnataka.

En esta última región se estrena como candidato con el Partido del Congreso Nandan Nilekani, cofundador de Infosys, una de las compañías que han convertido al país asiático en una potencia informática.

Desde primera hora se registró una alta afluencia de votantes y no se registraron incidentes, en línea con jornadas anteriores, de acuerdo con fuentes de la comisión electoral citadas por los medios locales.

En 111 de los 543 distritos donde ya se ha votado ha habido una participación récord del 68,2 %, un 7,9 % más que en las anteriores elecciones generales de 2009, de acuerdo con el director general de la Comisión Electoral, Akshay Rout.

Solo en dos estados se ha registrado una participación menor que hace cinco años, mientras que en otros tres han registrado máximos históricos, dijo Rout a la prensa local.

Además, en seis regiones votaron más mujeres que hombres.

De continuar la tendencia, estos comicios pueden contar con un récord de participación, al superar a las elecciones de 1984 que contaron con una afluencia del 64 %, la más alta en la historia del país y atribuida al asesinado de la primera ministra India Gandhi.

Las elecciones han transcurrido en su mayor parte sin incidentes, a excepción de la muerte de siete funcionarios electorales y cinco policías en dos ataques de la guerrilla maoísta en el estado de Chhattisgarh el pasado sábado, en el centro del país.

Los insurgentes pidieron días más tarde perdón por la muerte de los civiles.

El nacionalista hindú Narendra Modi, candidato del opositor Bharatija Janata Party (BJP), parte como favorito en unas elecciones marcadas por la ralentización económica, la falta de empleo para los jóvenes, los casos de corrupción y el alto precios de los alimentos.

Sin embargo, Modi despierta temor entre las minorías religiosas por su supuesta implicación en la matanza de casi un millar de musulmanes en 2002 en el estado occidental de Gujarat, aunque diversas investigaciones judiciales le absolvieron.

Tras una década en el poder, el gobernante Partido del Congreso, de la dinastía Nehru-Gandhi, llega muy desgastado a los comicios acosado por casos de corrupción y la desaceleración del crecimiento.

Rahul Gandhi, jefe de campaña de la formación que ha gobernado la India 54 de los 67 años desde su independencia de la corona británica, no convence según las encuestas a un joven electorado que tiene más expectativas tras una década de crecimiento económico.

En el proceso electoral en la India abrirán 930.000 colegios electorales, un 12 % más que hace cinco años, con 1,4 millones de urnas electrónicas.

Las máquinas para votar se transportan a las zonas más remotas por aire, carretera, mar e incluso con mulas y elefantes.

En el proceso electoral trabajan 11 millones de personas.