El alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, se muestra escéptico sobre las intenciones de dialogar que ahora muestra el Gobierno venezolano encabezado por Nicolás Maduro, que desde febrero se enfrenta a unas virulentas protestas que suman ya más de 30 muertos y 500 heridos.

Ledezma no es un líder surgido tras la era de Chávez. Fue un destacado dirigente durante casi tres décadas de Acción Democrática (AD), uno de los dos partidos que gobernó durante los 40 años en la que hubo alternancia en el poder antes del primer triunfo electoral de Hugo Chávez en 1998, que desde entonces se impuso 14 veces en las urnas en comicios de todo tipo hasta su muerte y a las que sucedió la polémica victoria de Nicolás Maduro, actual presidente.

AD, que representaba la primera opción de la socialdemocracia, junto a Copei, el partido demócrata cristiano, fueron acusados por buena parte de la sociedad de haber defraudado durante décadas las expectativas políticas y electorales, lo que habría facilitado, según los críticos, la aparición de la figura de Chávez, entonces un perfecto extraño en la política y ajeno al aparato del bipartidismo gobernante.

Preguntado al respecto, Ledezma elude hacer autocrítica. “Cuando Chávez gana, promete que iba a resolver los problemas que se le asignaban a AD y Copei, pero 15 años después no se puede responsabilizar a esos partidos de la situación”, afirma.

En todo caso, aclara, Chávez no era un desconocido para cuando triunfó en las elecciones de 1998. “Intentó dar un golpe de Estado en 1992 y seis años después es elegido, quien lo votó era consciente de que era un golpista y de que estaba comprometido con Castro”, acusa. “Es una conducta que buscaba más un vengador que un gobernante”, remarca.

Ledezma, que ahora preside Alianza Bravo Pueblo, uno de los partidos opositores, es crítico sobre las intenciones del Ejecutivo federal respecto a la búsqueda de un consenso que saque al país del atolladero político en el que se encuentra.

Para Ledezma, el detonante social que originó las protestas continuas en las calles desde el pasado mes de febrero va más allá de lo económico.

Venezuela tiene una de las inflaciones más altas del mundo. En 2013, rondó el 56%, solo tres puntos menos que la de Siria. Además, hay una escasez crónica de alimentos básicos que el propio Banco Central de Venezuela fijó en el 28% para diciembre y en un 26% para enero, así como un importante desabastecimiento de medicinas.

Los cortes de energía, que hasta hace pocos años se producían de forma muy esporádica, se han hecho más frecuentes y el Gobierno devaluó el bolívar, la moneda nacional, el año pasado y de nuevo a principios de 2014.

Para completar, Ledezma cifra en más de 400 los contratos colectivos suspendidos en el país y denuncia el bajo poder adquisitivo de los salarios. “Son paupérrimos”, recrimina. Un maestro gana, según sus cálculos al equivalente del dólar “libre” (negro), el equivalente a 35 dólares, mientras que un médico obtiene de 70 a 80 dólares.

“Hay quien pone el énfasis en lo económico, pero hay más factores”, señala en relación a la virulencia de las protestas que sacuden las calles venezolanas. Ledezma apunta a una “crisis institucional” derivada del modelo “autoritario” que intenta “imponer” Maduro y que origina, a su vez, una crisis económica, pero también social.

“Somos un país rico en el que la gente padece inflación y devaluación”, se lamenta. Además, es un país inseguro. “En 2013 murieron 25.000 personas, tenemos la tasa de inseguridad más alta del mundo”.

Y también están los motivos políticos. El líder opositor asevera que medio país rechaza el plan que pretende, según explica, “imponer el socialismo del modelo castrista” a la sociedad venezolana. “Las protestas también cuestionan la intervención cubana en Venezuela”, señala.

Aunque el Gobierno venezolano niega una y otra vez que la presencia de los cubanos en la estructura del Estado sea un problema, la oposición encuentra la situación peligrosa. “Es un problema real”, alerta Ledezma. “Maduro mismo es consecuencia de la decisión de los hermanos Castro, su opinión pesó mucho para ser el heredero de Chávez”.

Ledezma explica que Venezuela envía 40 millones de dólares diarios de petróleo a Cuba. “Ellos dicen que nos lo pagan en atletas y médicos”, señala entre disgustado e irónico. “Hay más de 45.000 cubanos en el país y lo denunciamos es que buena parte de ellos son agentes”.

Espacio "En Detalle", con Carlos Acosta miércoles, 16 de abril de 2014