Era una experiencia inédita y por lo tanto flotaba en el aire un cierto grado de incertidumbre a que fracasara. Pero todo lo contrario. Los jóvenes gomeros comprendieron a la perfección los secretos y el arte de la décima y el punto cubano. La Consejería Insular de Cultura había organizado un taller en homenaje a José Hernández Negrín, el poeta popular más conocido de la Isla y al que se le dedican los actos del día del libro. Hoy en esencia se trataba de que el verseador, Yeray Rodríguez explicara a los alumnos en qué consiste esta modalidad musical. Y a partir de aquí podía surgir cualquier cosa, como por ejemplo que los jóvenes se arrancaran a improvisar, que de todo hubo.

Al final de las dos actuaciones en el Instituto San Sebastián, Rodríguez se confesaba “muy contento”, sobre todo por la participación de los jóvenes y el interés que demostraron. “Si a eso le sumas que era un homenaje a José Hernández Negrín, entonces mejor imposible”. Rodríguez se mostró sobretodo agradecido de la participación de los jóvenes que hoy descubrieron que en sus genes se encuentra este género musical gestado a medias entre América y Canarias.

“Lo que hice fue explicarles la estructura de las décimas que como su propio nombre dice está compuesta por estrofas de diez versos cada una”. El maestro relató el “vínculo tan estrecho” que se creó en el tiempo entre estos dos mundos unidos por la emigración. No por casualidad el propio Hernández Negrín tuvo que marchar a Cuba y a su vuelta trajo en la maleta este peculiar género musical. Rodríguez señala que, sin embargo, durante décadas cada modalidad se fue desarrollando y marcando sus diferencias por su lado según lo hacían también las distintas sociedades americana y canaria. Pero en la década de los años noventa surgió un repentino interés por la música latina “y a partir de ahí comenzamos un camino en el que nos hemos podido encontrar y crecer juntos”.