El Ayuntamiento de Tacoronte tendrá que financiar con recursos propios los 600.000 euros necesarios para ejecutar el proyecto para reducir el riesgo de accidentes por desprendimientos de rocas en la playa de la Arena, en Mesa del Mar. El alcalde, Álvaro Dávila (CC), informó ayer a EL DÍA de que ninguna administración pública cuenta con fondos para colaborar con el consistorio en la ejecución de las obras que permitirían reabrir una playa que está cerrada al público desde finales de enero. La caída de una roca de diez toneladas hace casi cinco meses obligó a reconsiderar la resistencia de todo el sistema de protección.

Dávila llevará al pleno del 2 de junio una modificación presupuestaria para habilitar una partida de 600.000 euros que permita ejecutar el proyecto técnico, coordinado por el catedrático de Ingeniería Geológica de la Complutense de Madrid Luis González de Vallejo. La propuesta necesita el apoyo de la oposición para salir adelante.

Si se aprueba la modificación presupuestaria, Dávila confía en que los técnicos autoricen la declaración de emergencia de los trabajos "para que puedan adjudicarse en junio, ya que de lo contrario tardaríamos dos meses más en encargarlos".

El plazo de ejecución de la obra es de entre tres y seis meses, por lo que, en el mejor de los casos, la playa podría abrirse a finales de septiembre. Dávila confía en que la cala se reabra, en todo caso, "antes de final de año".

El alcalde lamentó que ni Costas, que depende del Gobierno de España; ni el Gobierno canario; ni el Cabildo cuenten con partidas suficientes para ayudar a Tacoronte a ejecutar esta obra "imprescindible". A su juicio, la otra opción que tenía el ayuntamiento era cerrar la playa "uno o dos años".

"Nosotros esperábamos que el Gobierno de España aportara al menos 250.000 euros, con cargo a las ayudas extraordinarias por los temporales de diciembre de 2013, pero finalmente han limitado estas ayudas a las comunidades del norte de España y se han olvidado de Canarias", criticó.

De Vallejo señaló el pasado 4 de abril que las obras de mejora de los sistemas de retención de desprendimientos que plantean para la playa serán capaces, según las simulaciones, "de retener el 95% de rocas desprendidas".

Para reducir el riesgo de accidentes causados por el 5% de las rocas que podrían saltarse las barreras, el proyecto plantea medidas complementarias como cerrar la playa cada vez que se produzca una alerta por fenómeno meteorológico adverso; inspeccionar la ladera cada dos años, y trasladar los baños a una zona sin riesgo.

Con estas medidas complementarias el riesgo de accidente por caída de rocas se reduce a un 1%, "lo que convertiría a esta playa en una de las más seguras de España", según dijo De Vallejo.