El Bilbao Basket viaja a Canarias, donde mañana se medirá Iberostar Tenerife con la baja de Roger Grimau y la intención de lograr una victoria que le deje más que asequible la undécima plaza de la tabla, ya la máxima aspiración de los equipos que se han salvado en las últimas jornadas por el mal final de curso de La Bruixa d''Or.

Precisamente ante el conjunto manresano disputó su último partido un Grimau sometido esta semana a una artroscopia para solucionar una lesión en el codo izquierdo que llevaba más de un mes sufriendo.

La baja del alero catalán merma aún más a un Bilbao Basket ya bastante disminuido por el transcurrir de una campaña en la que todavía sigue amenazado de desaparición por los graves problemas económicos que han derivado en la sustitución de su creador y hasta hace unos días su máximo accionista, Gorka Arrinda, por un equipo gestor encabezado por el expresidente Xabier Jon Davalillo.

En ese escenario, y con la continuidad de la entidad aún en entredicho, en realidad lo que quieren los hombres de Rafa Pueyo -más que acabar undécimos, que también-, es seguir compitiendo con la dignidad que lo han venido haciendo en un año en el que no siempre han tenido claro que iban a jugar el siguiente partido.

A la baja de Grimau se le unen en el conjunto vasco problemas físicos de Raúl López y Mamadou Samb, quienes, no obstante, parece que estarán mañana disponibles en el Pabellón Insular Santiago Martín.

En la cancha tinerfeña se espera a ''los hombres de negro'' liderados, como siempre, por su núcleo nacional. El conformado por Raúl, Alex Mumbrú y Germán Gabriel, un trío de jugadores que, a pesar de lo duro del curso en lo extradeportivo, han completado una más que estimable temporada.