El Servicio de Radiología del hospital Febles Campos, adscrito al Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), atiende a 190 pacientes del referido centro así como a 75 de Psicogeriatría, del Servicio Canario de Salud ( SCS). Como media, se realizan 400 pruebas al año. Son los datos del organismo autónomo del Cabildo que invierte en ello cada año unos 41.000 euros, de los que 9.000 euros corresponden a gastos de mantenimiento de las instalaciones y de radioprotección, mientras que los 32.000 euros restantes son las retribuciones del técnico especialista de rayos.

Consecuentemente, y teniendo en cuenta que un centro sociosanitario no tiene la obligación legal de disponer del mismo, el IASS se plantea prescindir del Servicio de Radiología en el hospital Febles Campos, según las fuentes consultadas en el Cabildo de Tenerife.

El comité de empresa denunció públicamente que este servicio "se interrumpió de forma permanente desde noviembre de 2013 y los pacientes deben ser trasladados en transporte sanitario regular a otros centros hospitalarios, soportando largas colas y horas de espera hasta que son recogidos por las ambulancias para su retorno al centro".

Desde el Instituto indican que, "aun siendo cierto que no está cumpliendo su cometido de producir imágenes para diagnóstico médico", Radiología mantiene "una actividad frenética para subsanar, lo antes posible, la actual situación derivada de deficiencias técnicas del equipamiento de la instalación". En este punto, el IASS afirma que de estas deficiencias "los denunciantes son absolutamente ajenos por desinterés", acusando al comité de empresa de "no contrastar con los responsables la veracidad de las informaciones que vierte de forma tal que no contribuye en modo alguno en la solución del problema".

La procesadora de placas de RX, "que data de hace menos de una década", se mantuvo operativa "hasta agotar su capacidad funcional y ha estado bajo los controles, seguimientos y revisiones que estipula la legislación". Aclara el IASS que "se ha observado que su funcionamiento resulta óptimo habiendo sido operado por profesionales jóvenes y motivados en períodos de sustitución del personal fijo de la instalación, con mayor conciencia del valor de la labor que les corresponde, lo que se aprecia en el nivel de atención y cuidado que se ofrece al equipamiento. De hecho, la actividad venía siendo óptima hasta noviembre".