Rafael Nadal y Novak Djokovic pasaron por Roland Garros como dos exhalaciones, apresurados en cerrar su debut en un día nublado y de lluvias esporádicas en el que los dos mejores tenistas del momento parecieron con prisas para no mojarse.

En contraste a los dos primeros del mundo, el tercero, el suizo Stan Wawrinka, ganador del pasado Abierto de Australia, vivió una pesadilla ante el español Guillermo García López, que le mandó a casa a las primeras de cambio.

Nada que ver con lo de los reyes del ránking. Dos ciclones. El español en la pista Suzanne Lenglenn, la segunda más importante por la que solo pasó una hora y 42 minutos para deshacerse del estadounidense Robby Ginepri por 6-0, 6-3 y 6-0 en un partido que el propio Nadal calificó de "sin historia".

El serbio precisó de ocho minutos más para ganar al portugués Joao Sousa por 6-1, 6-2 y 6-4 porque se enmarañó en la tercera manga en un duelo en el que la lluvia obligó a una interrupción y media, un rato en el que el número dos del mundo aprovechó, incluso, para bromear con un recogepelotas, un gesto que demuestra que no había peligro en el ambiente.

Nadal sumó su victoria 60 en la arcilla parisiense, donde solo ha concedido una derrota y donde aspira a lograr su noveno triunfo. Su duelo contra Ginepri no sirvió para sacar conclusiones del momento en el que se encuentra el mallorquín, que llega con perores resultados sobre la tierra batida que en temporadas anteriores.

A diferencia de otros años, cuando su entrada en materia suele ser menos taxativa, Nadal saltó sin dar opciones a su rival.

El resultado recuerda más a los que suele cosechar Rafa en rondas más avanzadas, cuando su tenis ya se ha afilado. En 2008 le asestó un 6-1, 6-0 y 6-2 en octavos a Fernando Verdasco y en la misma ronda de hace dos años un 6-2, 6-0 y 6-0 al argentino Juan Mónaco.

Ahora se medirá ante el austríaco Dominic Thiem, un jugador de 20 años y 57 del mundo que se deshizo del francés Paul-Henri Mathieu por 6-4, 7-6 (3) y 6-2.

Djokovic tampoco tembló en su debut en París, siguiendo la serie ganadora que lleva desde que superó los problemas de muñeca que le obligaron a saltarse Madrid. La victoria de hoy fue la prolongación de su triunfo en Roma.

El siguiente rival del serbio será el francés Jérémy Chardy, capaz de lo mejor y de lo peor, pero que ha perdido ocho veces contra el serbio, al que nunca ha ganado un set.

Los dos mejores del mundo ya no tienen al tercero, que se marchó por la puerta de atrás, sin oponer resistencia a un rival al que había derrotado en cuatro de las seis confrontaciones anteriores, el número 42 del mundo, el español García López.

Un jugador que este año ganó en Casablanca y que alcanzó los cuartos en Montecarlo.

Wawrinka había logrado presentarse como una amenaza a los dos grandes, asentado en la victoria lograda en Australia, donde había derrotado en semifinales a Djokovic y en la final a un Nadal mermado por una lesión de espalda.

Pero el suizo, de quien muchos señalaban que tenía un nuevo carácter, más ganador, recordó al Wawrinka de siempre, el jugador indolente incapaz de sobreponerse a las adversidades. En su debut en París no lo hizo.

También se fue el japonés Kei Nishikori, noveno favorito, frenado por los mismos problemas de espalda que le obligaron a retirarse de la final de Madrid cuando dominaba a Nadal. Falto de ritmo, el ganador de Barcelona cayó frente al eslovaco martin Klizan por 7-6 (4), 6-1 y 6-2.

En el cuadro femenino, la rusa Maria Sharapova tuvo un debut plácido contra su compatriota Ksenia Pervak, procedente de la fase previa, a la que derrotó por 6-1 y 6-2.