El cigarrillo electrónico con nicotina es tóxico, no ayuda a dejar de fumar y su publicidad es peligrosa, según 130 neumólogos y expertos en tabaquismo que han participado en un estudio realizado con motivo de la celebración el sábado del Día Mundial sin Tabaco.

El análisis ha sido coordinada por la Fundación Lovexair, y la dirección científica ha correspondido a la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid) y a la Sociedad Española de Expertos en Tabaquismo (Sedet).

El cigarrillo electrónico con nicotina es tóxico, tal y como opinan el 97 % de los profesionales consultados, ya que contiene nicotina, una sustancia altamente adictiva con consecuencias para la salud del que lo consume.

El 88 % de los profesionales opina que la nicotina que contiene el cigarrillo electrónico es al menos igual de dañina que la que se consume con el cigarrillo manufacturado.

Preguntados sobre si este tipo de artefactos pueden ayudar a abandonar el tabaco, un 61 % afirma que no, mientras que otro 22 % opina que podría ser pero bajo estricto control médico.

Un 17 % de los profesionales afirma no tener conocimiento suficiente por el momento para dar una opinión. Por lo tanto, en su mayoría opinan que el cigarrillo electrónico no muestra utilidad como instrumento del fumador a la hora de dejar de fumar.

La mayoría opina que no puede ayudar a abandonar el tabaco, sino que, al contrario, es más evidente el riesgo de recaída que conlleva su consumo en los ex fumadores, como así lo han expresado el 93 % de los encuestados.

Es un producto que está acompañado de una publicidad que resulta muy peligrosa, o al menos así lo cree el 95 % de los profesionales preguntados.

Un aspecto muy importante para los expertos es mantener "la desnormalización" del tabaco en la vida diaria, es decir, lograr que "fumar"o "vapear" siga siendo algo alejado de lo habitual. Por ello, un 97 % de los encuestados estima que su uso masivo afecta a esta "desnormalización".

También prácticamente la totalidad recomienda que las autoridades limiten y regulen su uso de manera similar a la normativa sobre el tabaco para su consumo en general.

En la encuesta también se observa que un 66 % de los especialistas considera que debería ser regulado de manera similar a la de un medicamento, no porque lo consideren así, sino principalmente para conocer y estudiar su composición y los efectos que producen todos sus componentes al ser consumidos por inhalación.

Para un 44 %, es necesario esperar hasta conocer estudios científicos que midan realmente sus efectos sobre la salud, un 36 % no recomendaría su uso nunca, un 10 % cree que se podría usar en poblaciones específicas y un 4 % opina esto mismo pero de manera general para cualquier fumador.