Un presunto yihadista francés de 29 años de edad, delincuente multirreincidente identificado como Mehdi Nemmouche, se encuentra detenido desde este viernes en Francia como principal sospechoso del ataque en el Museo Judío de Bruselas que costó la vida a tres personas y dejó a otra herida de gravedad.

El joven, según informó ayer el fiscal de la República de París, François Molins, fue arrestado en la estación Saint-Charles de Marsella en un autobús procedente de Ámsterdam, vía Bruselas, al que los agentes de aduanas franceses habían realizado un control fortuito en busca de posibles drogas.

Entre sus pertenencias se halló un fusil kaláshnikov, un revolver, cuantiosa munición, una pequeña cámara de tipo GoPro, una cámara de fotos y una gorra y ropa parecida a la que portaba el autor del atentado del pasado fin de semana.

La investigación, realizada en estrecha colaboración con las autoridades belgas, ha sido confiada a la Dirección General de Seguridad Interior y a la Policía Judicial, que descubrieron en esa segunda cámara un vídeo en el que se reivindicaba el ataque.

En sus 40 segundos de duración se ve un kaláshnikov y un revolver, y su autor, al que solo se le escucha la voz, "parecida" a la del sospechoso, dice grabar ese filme porque la cámara que llevaba durante los hechos no funcionó.

Su detención provisional, antes de su comparecencia ante la Justicia, finaliza este martes, pero podría ser prolongada hasta el jueves, hasta un total de 144 horas, por necesidades del proceso o si los investigadores detectan riesgo de atentado inminente. El perfil del detenido trazado por el fiscal revela que había sido condenado siete veces por robo y conducción sin carné, y encarcelado en cinco ocasiones, la última de ellas durante cinco años, hasta diciembre de 2012, tras lo cual se dirigió a Siria.

En ese país, según el fiscal, estuvo más de un año y se cree que frecuentó a miembros de la organización extremista Estado Islámico de Irak y el Levante. A su regreso, con una "voluntad manifiesta de borrar las huellas", pasó por Estambul y Malasia, con diversos desplazamientos a Singapur y Bangkok, y su último control data de marzo de 2014 en Alemania.

Los ministros del Interior de Francia y Bélgica subrayaron la necesidad de incrementar a nivel europeo las medidas de control sobre las redes yihadistas.