El Valencia Basket recibirá mañana al FC Barcelona en el primer partido de las semifinales de la Liga Endesa con el objetivo de sacar partido a su ventaja en el factor cancha y aumentar así la presión del equipo catalán, que tiene en la ACB su última opción para ganar un título esta campaña.

Su mejor fase regular le otorga la ventaja de jugar los dos primeros partidos en la Fonteta, a la que regresará la serie si hiciera falta un último choque.

Además, tras haber derrotado al equipo catalán en sus dos últimas visitas al pabellón valenciano, los locales quieren repetir triunfo ante un público que se espera que llene el recinto.

En cualquier caso, en los muchos enfrentamientos que ambos equipos han protagonizado en los últimos dos años y medio, el tiempo que lleva Perasovic en el banquillo valenciano, en los partidos decisivos, el equipo catalán ha impuesto su mayor potencial y la amplia diferencia de presupuesto que hay entre ambas plantillas.

Pero tras haber escapado de su maldición de la primera ronda y con una plaza en la Euroliga ya garantizada, el equipo valenciano afronta esta eliminatoria liberado.

Aún así, desde la plantilla se insiste en que son ellos mismos los que no quieren quitarse presión porque se ven con opciones de llegar lejos esta campaña.

La eliminatoria ante el Cajasol ha confirmado que el mejor momento del equipo pasó hace unas semanas y aunque le valió para conquistar la Eurocopa, ahora le obligará a hacer un esfuerzo extra para plantar cara al FC Barcelona.

Por un lado, más allá del cansancio acumulado, el equipo valenciano afronta este choque con la duda de Bojan Dubljevic, que arrastra fuertes dolores en el hombro izquierdo, y con Justin Doellman, Romain Sato y Juanjo Triguero con distintos problemas físicos.

Pero por otro, jugadores que estuvieron mucho tiempo sin competir por lesiones como Pablo Aguilar y Vladimir Lucic han llegado más frescos a este tramo decisivo de la temporada y han ayudado a sostener el nivel competitivo del equipo sin que parezca que hayan tocado su techo.

Además, existe cierta confianza en el club valenciano en que su pareja de bases, Sam Van Rossom y Oliver Lafayette, son capaces de hacerse con el timón del encuentro y acelerar el ritmo lo suficiente para que el FC Barcelona, habituado a jugar con más pausa, no se encuentre cómodo.