Un empresario de 58 años volvió a nacer el pasado domingo en Arona. Tras tirarse al mar para refrescarse, las fuertes corrientes y el arrastre que se daban en la playa de El Palmar estuvieron a punto de costarle la vida. Ahora intenta localizar a los tres "ángeles disfrazados de surfistas", que se lo ayudaron a salir a la superficie y reencontrarse con la vida. Desde el anonimato, no sabe cómo concretar un gesto de agradecimiento para los tres deportistas altruistas que lo rescataron.

Su peripecia comenzó al realizar una caminata, junto a su sobrino, por espacio natural protegido de la Montaña de Guaza. Después de tres horas y media caminando, ambos se sintieron bien y decidieron darse un baño a las 14:30 horas en el citado enclave del litoral, a pesar de que el oleaje en toda la costa Sur de la Isla era considerable.

Inicialmente, el mar los arrastró a unos 50 metros de la costa.

Los problemas de este ciudadano y su sobrino comenzaron al tratar de regresar a la orilla. Después de varios intentos, el joven pudo salir a duras penas por las rocas más próximas a los acantilados de Guaza. Pero el hombre de más edad decidió empezar a nadar con todas sus fuerzas en dirección a la arena de la playa. Confiaba en sus habilidades de nadador y que en otras ocasiones había salido de situaciones complicadas en el mar. Además, ha sido durante décadas practicante de pesca submarina.

Este hombre reconoce que realizó un esfuerzo considerable durante unos 15 minutos. Pero, tras ese cuarto de hora, comprobó que no había avanzado absolutamente nada hacia la orilla y ya no tenía más fuerzas. Se colocó boca arriba y se dejó arrastrar por la marea. Explica que divisó a su sobrino y le gritó que pidiera ayuda para que lo salvaran.

En varias ocasiones se hundió, como consecuencia de la potencia de las olas. Pero, exhausto, regresaba a la superficie. Comenta que "nunca había sentido la muerte tan cerca y empecé acordarme de mis tres hijos".

En los últimos segundos con la cabeza fuera del agua, oyó que unos chicos le gritaban y les pidió socorro. Lo único que sabe es que, "al volverme a hundir, dos surfistas me cogieron cada uno de una mano y me sacaron la cabeza, para que pudiera respirar".

Además, cada uno de los deportistas se situó en un lado del bañista y colocaron sus brazos sobre las tablas, para que pudiera descansar. Después llegó un tercer surfista, que lo cogió por los pies con la misma intención de que se recuperara. Una vez que el hombre pudo tener más fuerza, se encaminaron hacia playa. La víctima reconoce que no les resultó fácil alcanzar el objetivo, debido al mencionado arrastre que ejercía el mar. Más de media hora después, consiguieron llegar hasta la zona de las piedras. Emocionado, se abrazó a ellos y les agradeció que le hubiesen salvado la vida. Así acabó la amarga experiencia de este hombre, que apenas tiene datos de sus rescatadores y le gustaría reencontrarse con ellos para "tener un detalle".

"Para mí no son personas, son ángeles", aclara. Indica que uno se llama Rayco. Y el otro lo identificó como "Chendo" y es agente del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría del Sur de Tenerife. Aunque EL DÍA trató de conocer el testimonio de este último, la Jefatura Superior de Policía de Canarias no autorizó tal entrevista.

Aún así, el bañista auxiliado busca a sus tres héroes.

las claves

Tras una caminata por la Montaña de Guaza, la víctima y su sobrino decidieron darse un baño en la playa de El Palmar, a pesar del fuerte oleaje. El mar arrastró a los dos hombres a unos 50 metros de la orilla, pero el problema surgió cuando ambos quisieron regresar a la playa. El varón de más edad nadó con todas sus fuerza durante 15 minutos, pero se quedó exhausto y no había avanzado nada hacia la costa. Tres surferos acudieron con sus tablas y lograron, primero, que pudiera recuperarse y, después de mucho esfuerzo, sacarlo del agua sano y salvo.