Con solo 24 años, la odontóloga Elena Cabrera, lejos de desmoralizarse ante la actual situación económica, afronta su inicio en el mercado laboral con ilusión y ganas de salir adelante.

Pocos son ya los recién licenciados que encuentran empleo, como explica la joven: "Tengo amigos y compañeros que llevan años buscando un trabajo y no encuentran nada, por lo que continúan formándose hasta que salga algo".

"Cuando comencé la carrera nunca pensé que existiría esta crisis, y mientras la estudiaba veía cómo algunos compañeros tenían que ir abandonando los estudios porque no podían permitírselo. Ahora, los pocos que hemos encontrado un empleo, ya sea en una clínica familiar o en una de otra persona, afrontamos esta situación con ilusión y ganas de salir adelante", asegura la joven.

Licenciada en la Universidad Alfonso X El Sabio desde hace más de un año, y completando su formación con un máster en ortodoncia, Elena Cabrera que reconoce que la crisis también se ha notado en su profesión, "llegando a descender el número de pacientes hasta en un 50% en los últimos años".

Y es que la salud bucodental ha pasado a un segundo plano en el cuidado de salud, cuando se trata de un aspecto muy importante para las personas y, sobre todo, lo menores. "Los pacientes vienen como último recurso, cuando ya no soportan el dolor. Eso conlleva un tratamiento más traumático y, también, más caro. De ahí que sea muy importante acudir a las revisiones y, ante cualquier molestia, ir a una consulta", explica Elena Cabrera.

En los menores también se ha notado un descenso de las consultas, "ya que, aunque siempre vienen, se dejan pasar mucho". "Las visitas de los niños son muy importantes, porque un problema con los primeros dientes puede afectar a los que vienen detrás. De ahí que deban ir a revisión, al menos, de forma anual", detalla.

Y es que ha descendido la demanda de todo de tipo de servicios odontológicos, desde implantes hasta las limpiezas, algo que "es muy perjudicial" y pasa factura, tanto en la salud como en el bolsillo.