Joaquín Castro Brunetto espera en un despacho de la vetusta sede municipal de la calle General Antequera a que los días del calendario lo vayan acercando al próximo 25 de junio -fecha simbólica donde las haya por lo de la Gesta de Nelson, o mejor contra Nelson- cuando tendrá que declarar en Madrid por el llamado caso IES Hermanos García Cabrera, actualmente edificio administrativo municipal. Brunetto, un hombre siempre vinculado al deporte y en concreto al baloncesto, cierra un círculo, pues ha vuelto a su plaza en Deportes después de haber sido figura clave de la administración municipal en el Ayuntamiento de Santa Cruz con Miguel Zerolo como alcalde.

La entrada en vigor de la Ley de Grandes ciudades en los primeros años de la década dio lugar al ascenso de personal de alta dirección designado por el procedimiento de libre designación, jefes de servicio, y una "corte" de funcionarios entre técnicos, administrativos, auxiliares y conserjes

Zerolo era alcalde entre 2005 y 2006, cuando se afrontó la remodelación del edificio ubicado en Ofra para transformarlo en oficinas administrativas municipales y de atención al público. Precisamente por los problemas de seguridad denunciados en la sede de General Antequera que obligaban a los funcionarios a irse de allí urgentemente (once años después la sede está en el mismo sitio con algún "parcheo", abierta al público y con menos personal, eso sí). Sin plan de obras, ni informes preceptivos y la connivencia, según el auto del fiscal, de los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Santa Cruz. Guillermo Núñez Pérez, catedrático de derecho financiero y tributario, era entonces concejal de Servicios Centrales, primer teniente de alcalde y responsable de Economía, Hacienda y Recursos Humanos. Joaquín Castro Brunetto era director general de la oficina de Coordinación, Participación Ciudadana y Servicios. Dos "pesos pesados" en el organigrama municipal. Todo iba viento en popa.

Pero llegaron malos tiempos. El Supremo imputó a Zerolo por un presunto delito de prevaricación y Brunetto apareció implicado. Esa historia se juzgará el 25 de junio.

"Los informes producidos para generar una artificial discrepancia se producían por quien ostentaba un cargo de confianza en cuanto director general que aceptó su confección y suscripción a pesar de la ilegalidad de la actuación que los reparos de la Intervención debían suspender", señala el Alto Tribunal al respecto.

Posteriormente, Castro Brunetto ocupó a partir de junio de 2011 el cargo de director general de Organización y Régimen Interno ya con Bermúdez como alcalde. Pero tampoco pudo estar tranquilo del todo. Estalló el caso Padrón", el de los 15.000 "fantasmas de más" en el padrón de la capital tinerfeña que afectó de alguna manera a Brunetto, al igual que a otros representantes de la "herencia" de Zerolo. Incluso, el fiscal tomó en cuenta para archivar el caso como "información relevante" la aportada por Castro Brunetto.

El pasado 9 de mayo de 2014, el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicaba el anuncio de la renuncia de Joaquín Castro Brunetto al cargo de director general de Organización y Régimen Interno, según acuerdo de la Junta de Gobierno Local del 28 de abril y con fecha efectiva del 30 del mismo mes.

Eso sí, el escueto texto de despedida oficial tras muchos años acababa con un expresivo "agradeciéndole los servicios prestados". Y Castro Brunetto volvió a su plaza en Deportes para cerrar un particular círculo... De momento.