Cansada de que el voluntariado no cale en la isla de Tenerife como lo hace en el resto de Europa, la consejera de Acción Social del Cabildo de Tenerife, Cristina Valido, ha lanzado una potente campaña de captación de voluntarios para que apoyen el trabajo de las ONG. No obstante, admite que, aunque son más necesarios que nunca en las organizaciones sociales, lo que también busca es acabar con la pasividad en la que centenares de personas se embullen cuando se encuentran desempleadas o jubiladas y que les lleva a caer en depresiones cuando su aportación puede ser fundamental. "No puede haber gente consumiéndose en su casa y perdiendo la autoestima cuando tienen inquietudes y tanto que aportar a los demás", insiste.

¿No opina que la creencia de que se le puede estar quitando el trabajo a alguien hace que algunas personas tengan dudas sobre si hacerse voluntarios o no?

No debería ser así. Los voluntarios ayudan a las personas que a diario desempeñan un trabajo. Colaboran y ayudan con ONG y con personas que no tienen recursos, por lo tanto no hacen la competencia de nadie y sí que son necesarios para llegar a mucha más gente. El voluntario tiene unas limitaciones en su dedicación y un profesional contratado va mucho más allá, empezando por un horario y unas obligaciones. El voluntario dedica solo el tiempo que puede y quiere.

No obstante puede ser una oportunidad para abrirse puertas en el mundo laboral...

Por supuesto y es legítimo, porque todo el mundo necesita empezar a desarrollar su actividad y es una experiencia que, además, sirve de aprendizaje y una práctica que valorará cualquier empresa como experiencia. Además, en muchos países los voluntarios se miran como ciudadanos estrella, como personas a las que la sociedad debe estar agradecida e incluso en los países escandinavos incluso tienen algunos privilegios que les ofrece la propia administración como compensación a su implicación.

Para la personas desempleadas o jubiladas también es una oportunidad de estar activo...

Por su puesto, el voluntariado es atractivo para todas las edades porque para los jóvenes significa una manera de adquirir de experiencia y de sumar a su curriculum, pero ahora también hay personas entre 35 y 55 años que tienen una experiencia y están sin empleo y que necesitan sentirse útiles y valiosas y que pueden hacer cosas. Es una cuestión de autoestima, de no consumirse por dentro y ver cómo sus inquietudes no encuentran salida. Hay mucha gente que necesita estar activa porque estando en casa se deprimen y necesitan dar lo que tienen. Ahora tienen facilidades para hacerlo, independientemente de la edad o la formación que tengan.

Y para los mayores también...

Sí. Es una manera de rejuvenecer y de demostrar que siguen teniendo cosas que hacer y objetivos y que pueden ayudar a mucha gente con todo lo que saben. Psicológicamente tiene un efecto muy positivo para todos, porque les obliga a salir a la calle y eso redunda en su salud, sobre todo en la psicológica que, cuando es mala, y a edades avanzadas, se traduce en enfermedad físicas. En general, cuanto más activo se está, mejor salud se tiene.

¿Cree que faltan voluntarios?

En este momento en el que las ONG están desbordadas porque la demanda es mayor y los recursos menores, sobre todo a aquellas que no tienen muchos socios y que tienen pocos medios, esas asociaciones necesitan todos los recursos humanos posibles.

¿Cómo se puede conectar a las personas que tienen inquietud por ser voluntarias con las organizaciones que los están buscando?

Ahí está la clave y por eso hemos lanzado una campaña de voluntariado. Queremos ser la figura que dé la mano a los voluntarios y las ONG y los ponga en contacto, En la oficina del voluntariado se tiene una entrevista con la persona interesada y se ve qué formación y qué habilidades tiene para que su experiencia sea positiva y sea útil a la entidad y la unión cuaje. Los ponemos en contacto y que la persona tome la decisión de seguir con esa entidad o buscar otra. Hay quien llega interesado en colaborar en el campo de lo infantil y luego termina en una asociación de cáncer de mama, por ejemplo, porque ha tenido esa experiencia y se identifica con la causa. En cualquier caso los voluntarios que yo conozco me hablan de una satisfacción impagable cuando cumplen con su labor y se les ve realmente felices y no solo repiten, sino que incluso se implican cada vez más ayudan a más de una ONG.