Airán, Juan, Guillermo, Fernando, Jordan... Son jóvenes de entre 14 y 30 años que se sienten "totalmente abandonados" por el Ayuntamiento de Santa Cruz y que resumen su vida cotidiana con un "aquí" no tenemos nada y lo poco que hay lo hemos hecho nosotros". Uno de ellos da el titular: "El nombre es Llano Alegre, pero ni es llano, porque todo está en cuesta, ni es alegre, porque estamos muy mal".

Esta zona de Ofra-Costa Sur, que ni siquiera consta como tal barrio, linda con el Polígono de El Mayorazgo -"zona industrial con barrio", asegura, irónico, otro vecino- y la autopista TF-5, la del Norte. La primera petición, repetida hace ya años sin resultado, "es un muro de contención que nos separe de ella porque cualquiera, sobre todo los niños, está expuesto a un grave peligro".

La ruta lleva hasta otro "punto negro", una calle sin salida en la cual una simple valla, "colocada hace tiempo y que allí se quedó" es la única protección ante un abismo por el que, aseguran, "ya han caído, varios coches".

"En total, entre la parte vieja del Mayorazgo y las nuevas viviendas aquí residen casi 5.000 personas que reciben un cero en servicios", afirman. Por ejemplo, continúan, "los jardineros no limpian como sería exigible. Aparece algún barrendero de vez en cuando y la tarea los supera. Por San Juan, los mismos chicos limpiaron el barranco para hacer la hoguera".

Junto a El Día también recorrieron la zona representantes de las dos asociaciones vecinales, Domingo Rodríguez, de Juan Pablo I y Juan Carlos Pérez, de las 48 Viviendas. Su petición es la misma: un local social.

La siguiente etapa de la visita es un túnel producto del encauzamiento del barranco. Allí, indican, "siempre hay agua y en el invierno se inunda. Tiene hierros a cada lado y pedimos seguridad para evitar posibles accidentes".

"Aunque intentamos crear una asociación, no tenemos nada de nada", resumen los jóvenes, "ni siquiera un lugar para reunirnos y lo poco que hay lo hemos hecho nosotros". Posan con orgullo delante del coqueto camino de acceso a la cancha que, apuntan, "construimos los vecinos con nuestras propias manos".

Esa cancha está "en pésimo estado, con las redes rotas y las hierbas creciendo dentro. Lo mínimo que solicitamos es que la arreglen para poder hacer actos, no solo fiestas, sino todo tipo de eventos".

Por último, el único parque infantil "es apenas un trozo de tierra que dominan los perros, y cada vez con menos aparatos. Se llevaron algunos hace meses y no los han vuelto a traer".

El sentimiento de la gente de Llano Alegre, jóvenes y no tan jóvenes, es de "desidia y abandono por parte de las autoridades. Aquí no vienen sino antes de las elecciones". Pues eso, ni llano ni alegre.