Simón, hijo de los orotavenses María y Luis Jesús, solo tiene 24 días, pero su inconsciente ya sabe que, "por la calle pa'' bajo va una gallina; con el huevo en el culo, la muy cochina". La gallina no tiene nombre, pero sí lo tiene Enrique (culmen del amor de Quique y Ceci), que apenas es consciente de sus dos meses de vida. Ambos recorrieron ayer, básicamente durmiendo, la espina dorsal de La Orotava en bajada y con un festival de colores, sonidos y sabores que, porque les viene de familia, disfrutarán durante muchos años más. Aunque no lo sepan aún, ayer vivieron su primera romería de La Orotava, la primera y mejor fiesta (sin chovinismos baratos) de este tipo en Canarias. ¿También en España y por ahí?

Una fiesta que es capaz de emocionar hasta la lágrima permanente a un vecino de Leganés de 76 años subido por primera vez en una carreta porque a dos de sus geniales hijas les dio por enamorarse de la Villa y vivir aquí: no dejó de usar su grabadora. Resultó emocionante para los que lo contemplaron: los pelos de punta. Y lo mismo con un bilbaíno nacido en la Patagonia argentina que, como espectador, dejó clara su voz casi de maño zaragozano mientras escuchaba y reforzaba coplas como: "Y por la noche fufú... Ya me tienes cansado de tanto fufú". Se murió de risa a sus casi 70 mientras le sugería algo a las mujeres que la acompañaba. "Y por la noche...".

Si algo dejó claro ayer la romería número 79 de San Isidro es su carácter global. Como siempre, entre los numerosos espectadores los hubo de muy diversos países, aunque son los autóctonos los que más se atreven a pedir bebida y comida a las 91 carretas que ayer bajaron desde San Antonio hasta El Calvario para desafiar a cualquier crisis: económica, social o personal. Quien no se divirtió o rozó mejores presentes fue porque no quiso, no pudo o no le dejaron, que de todo hay.

Puntalmente, porque en eso el organizador Liceo Taoro es ultraexigente, los miles de romeros (la Policía Local los cifró en 40.000, pero a este periódico le parecen muy pocos) desfilaron desde la una de la tarde hasta la siete y media. Justo hasta que San Isidro y Santa María de la Cabeza entraron reculando en su casa de El Calvario, con los tajarastes sonando y bailando debajo, y las simbólicas cintas regalando su arco iris.

En una edición número 79 histórica por el cambio de alcalde, lo demás cambió poco. Vino bueno (por lo general, claro); carne casi mejor (también de hombres... y de mujeres, aunque la insuperable es la de conejo); huevos duros, queso (el de cabra, vaca y oveja, aunque también un poco humano) y hasta lapas... La oferta fue completa. Como siempre.

Los espectadores disfrutaron en sus sillas, si bien muchos de los romeros seguirán preguntándose el resto de ediciones si no son ellos los que deben hacerles fotos a los que les inmortalizan por la calle Calvario y demás. ¿Quiénes son los raros? ¿Por qué aguantan tantas horas y no se suman a la infinita comitiva?

Tras la entrada de los santos en la ermita de El Calvario, la fiesta se intensificó en el entorno de la fuente del mismo nombre, en la bajada que lleva hasta el polideportivo de los Salesianos y, por supuesto, en múltiples puntos de una Villa que es capaz de lo mejor y lo peor casi sin querer, aunque puntera también en infinidad de cuestiones.

De esos puntos, destacó la plaza del Llano, con el kiosco de Juana como referente; la verbena en la plaza de La Constitución (para cabreo de los que colocaron cantinas debajo, en El Puente, que no sabían ese cambio de ubicación respecto al baile de magos el viernes); el célebre bar del Oreja, en la Cruz del Teide, donde todo comienza y, para muchos, también acaba. Por supuesto, y en un hábito que se ha ido afianzando en los últimos años, en la casa Lercaro, donde Alejandra y Laura siguen demostrando sus dotes emprendedores para felicidad de muchos.

Un año más, una noche más (y al cierre de esta edición seguro que están pasando infinidad de cosas intensas, variopintas y marcadoras para muchas personas), La Orotava se vistió ayer de fiesta porque la vida está pa'' eso: pa'' vivirla. Continua, sincera, intensa, profundamente... No hace falta ser mucho más explícitos. Quien no se haya dado cuenta, tiempo ha tenido. Pero, si no, en junio de 2015, con número tan bonito, tiene otra gran oportunidad aquí, en la Villa, en una fiesta global.