Unido a la trompeta desde los 6 años, el joven tinerfeño Natanael Ramos es el único español que participa desde el pasado viernes, y hasta el 6 de julio, en la JM Jazz World Orchestra 2014, en el marco del Festival Internacional de Kongsberg que se celebra en Noruega, y que reúne a 17 músicos de once nacionalidades.

Natural de La Orotava, su afición a la música le viene por tradición familiar, ya que "mi padre y abuelo" participaban en la Banda de Música del municipio, donde comenzó a tocar con 10 años, edad a la que ingresó en el Conservatorio de Santa Cruz de Tenerife. Fue ahí donde descubrió que su verdadera afición era el jazz y la música latina. Pero la falta de centros especializados en las Islas hizo que se trasladara a San Sebastián a cursar la licenciatura en jazz, que finalizó el año pasado.

En la actualidad realiza un máster en Holanda en esta especialidad, y su talento ha hecho que fuera seleccionado para participar en la JM Jazz World Orchestra 2014, con el apoyo del programa Canarias Crea, del Ejecutivo regional.

Aunque lo más duro de la crisis le tocó estudiando en la Península, Natanael Ramos asegura que las posibilidades de trabajar en la música "se han reducido bastante en el Archipiélago", donde -asegura- "la insularidad es otro gran problema para los músicos, llegando a provocar que el contacto entre artistas isleños a veces ni llegue a darse".

En este sentido, señala que, "pese a que se realizan muchos ciclos internacionales, que está muy bien porque enriquece mucho, hacen falta circuitos regionales, pues hay una cantidad de músicos de calidad por habitantes bastante alta y se les debe dar la oportunidad".

En relación al calado del jazz en el Archipiélago, Natanael reconoce que es un estilo que "no tiene un apego muy grande en la sociedad", ya no solo porque se pueda entender como un estilo de culto, sino tanto por "culpa de la sociedad como de los profesionales". Así, explica que la sociedad "se ha anclado porque entiende como cultura canaria solo lo folclórico, y creo que es un gran error, ya que la gente y las instituciones no han llegado a entender que la cultura del Archipiélago es toda aquella realizada por artistas isleños, independientemente de que se dediquen al jazz, reggae, folclore...".

En cuanto a la responsabilidad de los artistas, señala que reside en que "los músicos hemos sido separatistas en estilos de música muy concretos, lo que ha sido otro error". De esta forma, recuerda a grupos como Taburiente, que hacía un poco de fusión del folclore con la música que surgía en ese momento, de pop rock, jazz, latino o africano, entre otros.

"Se dio un pequeño paso en la evolución de la música canaria que creo que se ha perdido, y según evolucionan los tiempos el arte también debe hacerlo. Hay que cuidar y respetar la tradición, pero también mirar qué podemos hacer, no para cambiarla, sino para enriquecerla. Si tratamos solo de conservar queda algo de museo, y hay que mantener una balanza entre ambas cosas", asegura.

De ahí que destaque las creaciones de la Big Bang de Canarias, con la que actuará el 18 de julio en el marco del Festival Canarias Jazz&Más Heineken, que "reúne a músicos isleños para crear música original teniendo como referencia el folclore canario", concluye.

Natanael Ramos

trompetista de jazz canario