"Esto es una Recova", "ni dejan oír ni dejan hablar" o "Ah, ¿pero ya terminó?". Fueron frases escuchadas ayer en la asamblea multitudinaria y caótica que celebraron 250 personas del Rastro en el Mercado Nuestra Señora de África.

A pesar de la confusión, algunas voces (pocas) discordantes y cierta tensión, la presidenta de la Asociación del Rastro, Carmen Tejera -Carmita para todos-, sacó adelante el apoyo (con la boca chica o no) para la nueva ordenanza, las 631 licencias que sustituirán a la única que existía o la distribución de los puestos sobre plano. Un plano que hubo que acabar cerrando porque todos querían verlo.

El concejal Dámaso Arteaga habló sobre la oportunidad histórica de un nuevo Rastro reglamentado de forma detallada (fuera altavoces, no se venden animales, quedan delimitadas las dimensiones de los puestos...) y aclaró dudas sobre el seguro autónomo: "Lo que habilitamos es un espacio físico y unas reglas". Dos abogados apoyaron las tesis y parece que hora y cuarto después quedó claro. Más o menos claro.

Personas de toda edad y condición, del país y de fuera, llenaron el patio central de La Recova. Aplaudieron tímidamente a veces y casi toda la crítica la dejaron para los corrillos.

Desde el consistorio se garantiza la nueva ubicación de los 631 puestos, aunque "habrá que rodarse" y dejar Bravo Murillo por la plaza Primero de Mayo. Carmita demostró que "conoce el color" con algún tic autoritario. A todos los llamó por su nombre. Desde Paco "el mosquito" a Pablo para pulsar opiniones de los de cada domingo desde hace 20 años o saber qué piden en las ferias de la Isla.

La presidenta envió un recadito a los que "se han desmarcado" ("trabajo para todos aunque digan que soy de CC", dijo) y recordó que se habilitará una vez en semana una oficina en el centro comercial. Valoró que se amplíe el plazo para presentar los papeles de 15 días a tres meses. Quedan pendientes los 341 demandantes de puesto que forman la lista de espera.