Se enfrentó a los gladiadores en el Imperio Romano y formó parte de las colecciones privadas en las cortes de los sultanes, sin embargo, en la actualidad el león del Atlas sobrevive en un zoológico próximo a Rabat.

O eso dicen, porque ¿existe o no el león del Atlas?.

Es lo que tratan de dilucidar los expertos, si el león de ese zoológico es el mismo que habitó las montañas del norte de África.

Símbolo de Marruecos e insignia de la selección nacional de fútbol "Los leones del Atlas", este felino de extensa melena, un peso que supera los 200 kilos y con unos 300 centímetros de largo, representa la fuerza, la majestuosidad, la protección y la dignidad del país.

Durante años los investigadores mantuvieron que el león desapareció en 1920 a causa del progresivo deterioro de su hábitat, lo que le obligó a descender de las montañas en busca de presas y comenzar a alimentarse de las reses de los ganaderos.

La persecución de los granjeros para salvar sus ganados y las cacerías organizadas durante la época colonial (1912-1956) hicieron que poco a poco el león del Atlas fuese extinguiéndose, aunque algunos sostienen que la última vez que se le vio fue en los años 1940.

Varias décadas después, en la década de 1970, el león reapareció de forma sorprendente, cuando el primer Zoológico de Temara abrió sus puertas y el entorno del rey Hasán II ofreció a este lugar una colección privada de felinos que había pertenecido a su padre Mohamed V.

Fue aproximadamente en ese mismo periodo cuando otros leones de esa colección fueron regalados a zoológicos en Reino Unido, Alemania o Estados Unidos, pero Salma Slimani, directora de gestión administrativa del nuevo Zoo de Temara, asegura que se ha perdido su rastro.

A Temara en la década de los 70 llegaron expertos del extranjero para comprobar la autenticidad de los leones del Atlas guardados en el zoo, comparándolos con la fisonomía clásica del felino, y certificaron entonces que se trataban de los originales.

Sin embargo, la carencia de pruebas de ADN han seguido alimentando hasta hoy las dudas.

Slimani destaca que actualmente se está realizando una investigación entre Marruecos y los museos nacionales de historia natural de Nueva York y París, para comparar el ADN de los leones de Temara con los que se encuentran disecados en la capital francesa.

En 2012, el Zoo de Temara se reconstruyó para convertirlo en una zona más acorde con los tiempos modernos; ahora los animales están repartidos en 27 hectáreas en las que se han reproducido cinco ecosistemas. Además de servir de entretenimiento, en el zoo los especialistas se encargan de la investigación y preservación de las especies.

"Con todos los mitos que se han construido alrededor del león es impensable que no estuviese aquí (en el zoo), donde es un emblema, el alma del lugar y el motivo principal por el que muchos turistas vienen", subraya Slimani.

Hoy el zoo cuenta con unos 40 felinos, frente a los 22 que tenían en 2012 y los veterinarios se han visto obligados a traer de Australia unos anticonceptivos para parar las reproducciones. Una cosa está clara, el león se siente a sus anchas.

A sus anchas, pero sin posibilidad de regresar a su hábitat natural ya que no hay presas suficientes para que este león, que come una media de siete kilos de carne diarios, se alimente, y porque además los lugareños del Atlas se enfrentarían a los mismos problemas del pasado.

"A nivel financiero es muy caro y no creo que ahora sea la prioridad, incluso si se tratase de un espacio protegido", sentencia Slimani, quien piensa que "quizá las generaciones futuras preserven estas colecciones para mostrar a las siguientes el vínculo entre el pasado y el futuro en materia de biodiversidad".

Mientras los investigadores determinan su autenticidad, el felino vive en una pequeña reconstrucción de su ecosistema, no se preocupa de cazar a sus presas y deleita a duras penas a los adultos y niños que acuden a visitarlo ya que acostumbra a dormir bajo la sombra durante todo el día.

A diferencia de otros animales en vías de desaparición que se encuentran en el zoo, el presunto león del Atlas ya nunca volverá a correr libremente por las montañas del norte de África.